Agosto Nº 141 - Biblioteca Virtual El Dorado

autor del artículo que me ocupa, porque entonces habría sabido
que h,s Ordenanzas de Bilbao no se han practicado aquí en
cuanto habla de tribunales, pues que allí se establecen consu
Lados y entre nosotros se juzgaba por los tribunales comunes
de derecho, y que por consigi!Îente la parte sustantiva de dicha"
Ordenanzas es la que yo llamaba rancia y diminuta, y como
esta parte no se ha tocado por la ley sobre tribunales de comercio,
mis lamentos por la falta de un código de la materia
quedan con :a misma fuerza que antes.
Sobre murallas de Panamá se hacen observaciones en más
de un lugar del artículo a que respondo; pero con tanta inexae
titud, que no puedo silenciar una contestación ad hoc. V erd~u
C3 que declarado que Panamá no es plaza de armas, sus mura l~s
podrfan rompen'E' por donde fuera conveniente, y que esta operación,
así como In de reparar las partes que se conserven para
defensa contra el mar, debe ser atribución del Cabildo; pero
se olvida que por una mezquindad ridícula y antiJógica, se ha
negado en las Cámaras la adjudicación de las murallas a la
ciudad de Panamá, y que no siendo suyas, ni debe reparar la
parte que se conserve, ni pueè_J demoler la que no convenga
conservar.
Si devolviese el Cabildo la parte que separa los dos principales
distritos de la ciudad ¿qué haría con los materiales, de
que no podría disponer? ¿Se encargaría de ellos la goberna
ción, porque corresponden al E,rtado? ¿ Y qué destino les daba
no habiendo, como no habría, compradores de momento? Su
pérdida sería segura, y el cargo se haría al Cabildo que demo
lió intempestivamente. Por otra parte: ¿Será justo que el Cabildo
haga el gasto de demoler fuertes murallas y de segar
fosos profundos, sin indemnización con los materiales y las tierras
que hoy no puede considerar suyos? La prueba de que se
necesita una disposición legislativa en el asunto, es que en los
momentos en que escribo propone el Secretario de Hacienda al
Senado, a nombre del Poder Ejecutivo, algunos artículos adicionales
al proyecto sobre venta de fortificaciones, en el mismo
sentido que dejo indicado.
Sobre terrenos abandonados y sin dueiios, el Cabildo de
Panamá no puede hacer nada, como equivocadamente lo sienta
el escritor a quien respondo; porque según las leyes es necesario
declarar judicialmente por ciertos trámites muy embarazosos,
que esos terrenos son mostrencos: esos trámites son materia de
una reforma legal, que se ha iniciado con esta Legislatura por
sí misma, y que está pendiente en el Senado. No he dicho en
ninguna parte de mi escrito que este negocio sea de la competencia
del Poder Ejecutivo, y si al sentar la proposición se ha
querido decir que yo he expresa()o lo contrario, se me calumnia
por segunda vez.
48
LOTERIA