Agosto Nº 141 - Biblioteca Virtual El Dorado
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tropía inglesa, la institucion quedó socabada. Colombia i Nueva<br />
Granada aceleraron, es verdad, su aniquilamiento; pero la<br />
diplomacia i el cañon británicos habíanla herido de muerte.<br />
Libre la monarquía en Hispano-amcrica de su rival, l':i<br />
aristocracia, purific6se i a¡:;umió su verdadera forma. La auto.<br />
cracia no tuvo propiamente partícipes en el poder público; pero<br />
existia en la sociedad un elemento de gran influjo, que, ya<br />
ausilar, ya antagonista de la autoridad civil, pretendió en un<br />
tiempo la supremhCÍa sobre todo poder, i fué admitido en el<br />
gobierno sin nombre propio, sin lugar señalado, pero con la<br />
pujanza que da el imperio sobre laiJ conciencias.<br />
Si a la supersticion de un pueblo apasionado e imajinativo<br />
como el español, agregamos el eRpíritu relijioso de la conquista,<br />
i el feraz terreno que la raza indíjena ofrecia para sembrar<br />
errores, intolerancia i abyeccion, no estrañaremos el predominio<br />
que el clero tomó en estos paises, i que en muchos por desgracia<br />
aun conserva.<br />
Monarquía, Iglesia i Esclavitud, fueron las tres g"lande¡:<br />
instituciones con que la república tenia que combatir en la Amé.<br />
rica española. Pero la tierra, el suelo, no era un elemento de<br />
poder: su estemiIon era inmensa; las propensiones aristocráticas<br />
que erijen mayorazgos i vinculaciones, eran ténues; i una<br />
vez barrido el suelo de vireyes, amos i dignidades eclesiásticas,<br />
los fundamentos de la república habrian podido echarse.<br />
Pero la guerra de independencia, al destruir la monarquía,<br />
dióle un sostituto no mcnos adverso a la causa popular, es decir,<br />
a la causa de todos. Desarrollado por necesidad el espíritu<br />
militar, autorizada b dictadura para obtener el triunfo en los<br />
días del conflicto, d!ctadura i espíritu militar arraigaron en<br />
nuestro suelo. Habíamos ensalzado, glorificado a los liberta<br />
dores; pero con mengua i huml1acion de la libertad. Vírjen<br />
tímida i débil, no bien quitada de las garras al leon ibero, vino<br />
a caer presa de los adalid<br />
su proteccion i su honra.<br />
es, a quien ella confiara su defensa,<br />
Tales fueron las condiciones de la América española, colonial<br />
e independiente. Pero nuestro territorio se ha librado<br />
ya de todos los enemigos de la república. Echemos complaci<br />
dos una mirada en nuestro derredor, i no alcanzaremos a vel<br />
sino hombres en el pleno goce de su dignidad. La odiosa esclavitud<br />
no es ya sino un recuerdo, penoso i humilante, pero en<br />
fin un recuerdo. No hai clero privilejiado, i entrometido en los<br />
negocios civiles; ni la autoridad pública tiraniza las conciencias.<br />
La propiedad territorial casi no existe, i para el día en<br />
que sea mas jeneral, no hai que temer exorbitantes i abusivaR<br />
acumulaciones, que tan mal distribuyen la herencia comun de<br />
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