Campbell, Joseph – El Heroe De Las Mil Caras (241p) - el cine signo
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a Odín, mi persona a mí mismo,<br />
En <strong>el</strong> árbol d<strong>el</strong> que nadie sabrá<br />
Por encima de qué raíz crece. 169<br />
La victoria d<strong>el</strong> Buddha bajo <strong>el</strong> Árbol Bo es <strong>el</strong> clásico ejemplo oriental de este hecho.<br />
Con la espada de su mente rompió la burbuja d<strong>el</strong> universo y la convirtió en nada. <strong>El</strong> mundo<br />
entero de la experiencia natural, así como los continentes, los ci<strong>el</strong>os y los infiernos de las<br />
creencias tradicionales r<strong>el</strong>igiosas, estalló con sus dioses y sus demonios. Pero <strong>el</strong> milagro de<br />
los milagros fue que aunque todo reventó, todo fue sin embargo renovado, revivificado y<br />
glorificado con <strong>el</strong> brillo d<strong>el</strong> verdadero ser. Los dioses de los ci<strong>el</strong>os redimidos levantaron sus<br />
voces y aclamaron armoniosamente al hombre-héroe que había penetrado por encima de<br />
<strong>el</strong>los al vacío que era su vida y su fuente: “Banderas y pendones fueron erigidos en <strong>el</strong> filo d<strong>el</strong><br />
este d<strong>el</strong> mundo y flotaron hasta <strong>el</strong> borde d<strong>el</strong> oeste d<strong>el</strong> mundo; de la misma manera notaron<br />
los que estaban en <strong>el</strong> borde d<strong>el</strong> oeste hasta <strong>el</strong> filo d<strong>el</strong> este; y aqu<strong>el</strong>los erigidos en <strong>el</strong> borde d<strong>el</strong><br />
norte d<strong>el</strong> mundo flotaron hasta <strong>el</strong> filo d<strong>el</strong> sur d<strong>el</strong> mundo, mientras que aqu<strong>el</strong>los que estaban<br />
en <strong>el</strong> borde d<strong>el</strong> sur llegaron al filo d<strong>el</strong> norte; mientras que aqu<strong>el</strong>los que estaban al niv<strong>el</strong> de la<br />
tierra flotaron hasta alcanzar <strong>el</strong> mundo de Brahma, y los que estaban en <strong>el</strong> mundo de Brahma<br />
colgaron hasta llegar al niv<strong>el</strong> de la tierra. A través de los diez mil mundos los árboles<br />
florecieron; los árboles frutales se inclinaron bajo <strong>el</strong> peso de sus frutos; lotos florecieron en<br />
los troncos de los árboles; y lotos en las ramas de los árboles; lotos en las enredaderas; lotos<br />
colgaban de los ci<strong>el</strong>os; y plantas de loto salieron de las rocas en grupos de siete. <strong>El</strong> sistema de<br />
los diez mil mundos era como un ramo de flores que giraba por <strong>el</strong> aire, o como una gruesa<br />
alfombra de flores; en los espacios entre los mundos, los infiernos de ocho mil leguas, que no<br />
habían podido ser iluminados antes ni siquiera por la luz de siete soles, estaban ahora<br />
inundados de fulgor; <strong>el</strong> océano de ochenta y cuatro mil leguas de profundidad se volvió<br />
dulce al gusto; los ríos detuvieron sus corrientes; los ciegos de nacimiento recibieron [178] la<br />
vista; los sordos de nacimiento <strong>el</strong> don d<strong>el</strong> oído; los inválidos de nacimiento <strong>el</strong> uso de sus<br />
miembros; y las cadenas y los grilletes de los cautivos se rompieron y cayeron al su<strong>el</strong>o.” 170<br />
169<br />
Edda poética, “Hovamol”, 139 (traducción de Henry Adams B<strong>el</strong>lows; The American-Scandinavian<br />
Foundation, Nueva York, 1923).<br />
170<br />
Jataka, introducción, i, p. 75 (reproducido d<strong>el</strong> libro de Henry Clarke Warren, Buddhism in<br />
Translations; Harvard Oriental Series, 3; Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1896, pp. 82-83).<br />
112