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Campbell, Joseph – El Heroe De Las Mil Caras (241p) - el cine signo

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puede aparecer como un atractivo joven o como cualquier personaje bien conocido de la<br />

comunidad. Este amo de las aguas no es fuerte en tierra, pero en su propio <strong>el</strong>emento es<br />

supremo. Habita las profundidades de los ríos, las corrientes, los estanques y prefiere las que<br />

están cerca de un molino. Durante <strong>el</strong> día permanece escondido como una vieja trucha o<br />

salmón, pero por la noche sale a la superficie, aleteando y brincando como [80] un pez, para<br />

llevar su ganado submarino, sus ovejas y caballos, a pastar en tierra o simplemente se sube<br />

en la rueda d<strong>el</strong> molino a peinarse sus cab<strong>el</strong>los verdes y su barba. En la primavera, cuando se<br />

levanta de su larga invernación, deshace <strong>el</strong> hi<strong>el</strong>o de los ríos y los apila en grandes bloques. Se<br />

divierte destruyendo las ruedas de los molinos. Cuando está de buen humor, lleva peces a<br />

las redes d<strong>el</strong> pescador o avisa la llegada de las corrientes. La partera que lo acompaña es<br />

ricamente recompensada con oro y plata. Sus hijas son hermosas, altas, pálidas y con un aire<br />

de tristeza; vestidas con trajes verdes y transparentes, tortura y tormento de los ahogados.<br />

Gustan de mecerse en los árboles cantando dulcemente. 42<br />

<strong>El</strong> arcádico dios Pan es <strong>el</strong> más conocido ejemplo clásico de esta p<strong>el</strong>igrosa presencia<br />

que vive fuera de la zona protegida de los límites de la aldea. Silvano y Fauno eran sus<br />

equivalentes latinos. 43 Él fue <strong>el</strong> inventor de la zampona que tocaba para las danzas de las<br />

ninfas, y los sátiros eran sus compañeros varones. 44 La emoción que provocaba en los seres<br />

humanos que por accidente se aventuraban en sus dominios era <strong>el</strong> terror “pánico”, un terror<br />

repentino y sin causa. Cualquier motivo trivial, una rama que se rompe, <strong>el</strong> movimiento de<br />

una hoja, hará que la mente se estremezca con un p<strong>el</strong>igro imaginario y en <strong>el</strong> esfuerzo<br />

enloquecido para escapar de su propio inconsciente despierto la víctima expira en su fuga<br />

aterrorizada. Sin embargo, Pan era benigno con aqu<strong>el</strong>los que le rendían culto y les concedía<br />

los dones de la divina salud de la naturaleza, abundancia a los labriegos, a los pastores y a<br />

los pescadores que le dedicaban sus primeros frutos, también daba salud a quienes se<br />

acercaban en la forma debida a sus santuarios curativos. También sabiduría, la sabiduría de<br />

Omphalos, <strong>el</strong> Ombligo d<strong>el</strong> Mundo, estaba en su poder; porque <strong>el</strong> cruce d<strong>el</strong> umbral es <strong>el</strong><br />

primer paso en la zona sagrada de la fuente universal. En Liceo había un oráculo, presidido<br />

por la ninfa Erato, inspirada por Pan, d<strong>el</strong> mismo modo que las [81] profetisas de <strong>De</strong>lfos eran<br />

inspiradas por Apolo. Plutarco enumera los éxtasis de los orgiásticos ritos de Pan, junto con<br />

<strong>el</strong> éxtasis de Cib<strong>el</strong>es, <strong>el</strong> frenesí báquico de Dionisos, <strong>el</strong> frenesí poético inspirado por las<br />

Musas, <strong>el</strong> frenesí guerrero d<strong>el</strong> dios Ares (Marte), y <strong>el</strong> más violento de todos, <strong>el</strong> frenesí de<br />

amor, como ilustraciones de ese divino “entusiasmo” que hace perder la razón y libera las<br />

fuerzas de la oscuridad destructivo-creadora.<br />

“Soñé —declaró un hombre casado, de mediana edad— que quería entrar en un<br />

jardín maravilloso. Pero ante él había un guardián que no me permitía entrar. Vi que mi<br />

amiga, la señorita <strong>El</strong>sa, estaba adentro y quería tenderme la mano, por encima de la puerta.<br />

Pero <strong>el</strong> guardián lo evitó, me tomó d<strong>el</strong> brazo y me condujo a casa. ‘<strong>De</strong>bes ser sensato,<br />

después de todo —dijo—, sabes que no debes hacer eso’.” 45<br />

42<br />

Ibid., p. 639. Comparar con Lor<strong>el</strong>ei. <strong>El</strong> estudio de Mansikka sobre los espíritus eslavos d<strong>el</strong> bosque,<br />

d<strong>el</strong> campo y d<strong>el</strong> agua está basado en la obra de Hanus Máchal. Nákres slovanského bájeslovi (Praga,<br />

1891), un resumen d<strong>el</strong> cual se puede encontrar en la Slavic Mithology de Máchal. (The Mithology of alt<br />

Races, vol. III; Boston, 1918.)<br />

43<br />

En los tiempos de Alejandro, Pan se identificaba con la divinidad itifálica egipcia Min, quien era,<br />

entre otras cosas, <strong>el</strong> guardián de los caminos desiertos.<br />

44<br />

Comparar con Dionisos, la gran contraparte tracia de Pan.<br />

45<br />

Wilh<strong>el</strong>m Stek<strong>el</strong>, Fortschritte und Technik dar Traumdeutung (Viena-Leipzig-Berna, Verlag für Medizin,<br />

Weidman und Cie., 1935), p. 37. <strong>El</strong> guardián simboliza, de acuerdo con <strong>el</strong> Dr. Stek<strong>el</strong> "conciencia, o si se<br />

prefiere, <strong>el</strong> agregado de toda la moralidad y restricciones que se presentan en la conciencia". "Freud —<br />

continúa <strong>el</strong> Dr. Stek<strong>el</strong>— describiría al guardián como <strong>el</strong> ‘superego’. Pero en realidad es sólo un<br />

‘interego’. La conciencia previene la intervención de los deseos p<strong>el</strong>igrosos y de las acciones inmorales.<br />

Éste es <strong>el</strong> sentido con que deben interpretarse los guardianes, policías y oficiales en los sueños en<br />

general" (ibid., pp. 37-38).<br />

52

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