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Campbell, Joseph – El Heroe De Las Mil Caras (241p) - el cine signo

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Luego, estuve durante nueve meses<br />

En <strong>el</strong> vientre de la bruja Caridwen;<br />

Originalmente fui <strong>el</strong> pequeño Gwion,<br />

Y ahora soy Taliesin.<br />

Y cuando <strong>el</strong> rey y sus nobles hubieron oído la canción, mucho se maravillaron, porque nunca<br />

habían escuchado nada así de un muchacho tan joven.” 40<br />

La parte mayor de la canción d<strong>el</strong> bardo está dedicada al Imperecedero, que vive en él,<br />

y sólo una breve estrofa a los detalles de su biografía personal. Los que escuchan están<br />

orientados al Imperecedero y reciben incidentalmente unas cuantas informaciones. Aunque<br />

Gwion había temido a la terrible bruja, había sido tragado y había renacido. [222] <strong>De</strong>spués de<br />

haber muerto su ego personal, se levantó establecido en <strong>el</strong> Yo.<br />

<strong>El</strong> héroe es <strong>el</strong> campeón de las cosas que son, no de las que han sido, porque <strong>el</strong> héroe<br />

es. “Antes de que Abraham fuera, YO SOY.” Él no equivoca la aparente invariabilidad d<strong>el</strong><br />

tiempo con la permanencia d<strong>el</strong> Ser, ni teme los momentos venideros (ni la “otra cosa”), como<br />

destructores de la permanencia con su propio cambio. “Nada retiene su propia forma; pero<br />

la Naturaleza, la gran renovadora, sigue haciendo formas de las formas. Por eso nada perece<br />

en <strong>el</strong> universo, sino que varía y renueva su forma.” 41 Así es posible permitir la llegada d<strong>el</strong><br />

momento venidero. Cuando <strong>el</strong> Príncipe de la Eternidad besó a la Princesa d<strong>el</strong> Mundo, su<br />

resistencia se aplacó. “Abrió los ojos, despertó y lo miró amistosamente. Juntos bajaron las<br />

escaleras; <strong>el</strong> rey despertó, lo mismo que la reina y toda la corte, y se miraron los unos a los<br />

otros con ojos asombrados. Y los caballos de la corte se levantaron y se sacudieron; y los<br />

perros de caza brincaron y movieron las colas, los palomos d<strong>el</strong> techo sacaron las cabezas<br />

menudas de debajo de las alas, miraron a su alrededor y volaron por <strong>el</strong> campo; las moscas<br />

que estaban en la pared empezaron a caminar; <strong>el</strong> fuego de la cocina se encendió, llameó y<br />

cocinó la comida; <strong>el</strong> asado empezó a humear; <strong>el</strong> co<strong>cine</strong>ro le dio al pinche un manotazo en la<br />

oreja que lo hizo aullar; y la criada terminó de desplumar <strong>el</strong> pollo.” 42<br />

40 “Taliesin”, op. cit., pp. 264-274.<br />

41 Ovidio, Metamorfosis, XV, 252-255.<br />

42 Grimm, n° 50; conclusión.<br />

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