Informe el chalequeo diveris%c3%b3n o discriminaci%c3%b3n
Informe el chalequeo diveris%c3%b3n o discriminaci%c3%b3n
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que los/as entrevistados/as consideraron que <strong>el</strong><br />
<strong>chalequeo</strong> debe ser visto como algo normal y a<br />
lo que hay que acostumbrarse inevitablemente,<br />
aunque venga acompañado de su parte difícil<br />
que es necesario aprender a enfrentar para poder<br />
compartir en grupo. Algunas de las personas<br />
consultadas, estimaron que todo <strong>el</strong> mundo<br />
chalequea, que si alguien no chalequea es un<br />
amargado, una persona a quien no le gusta reírse<br />
y que no es divertida, chalequear es lo normal, no<br />
es una excepción y está incorporado a su vida<br />
para todos/as los/as entrevistados/as, incluso para<br />
aqu<strong>el</strong>las personas que tuvieron o tienen serios<br />
problemas con <strong>el</strong> <strong>chalequeo</strong> en su salón.<br />
Para los sujetos en desarrollo que desean y<br />
necesitan pertenecer a un grupo puede ser muy<br />
difícil expresar cuando sienten que <strong>el</strong> <strong>chalequeo</strong><br />
es acosador o discriminatorio. Es necesario<br />
apoyar a niños, niñas y adolescentes para sean<br />
capaces de expresar en las instancias que<br />
corresponde cuando se sienten acosados/as,<br />
discriminados/as y garantizar que sus derechos no<br />
sean vulnerados, para lo cual se deben fortalecer<br />
con herramientas emocionales y cognoscitivas,<br />
expresión, argumentación y solución de problemas<br />
con perspectiva de derechos.<br />
¿Cómo comprender y establecer claramente los<br />
límites entre <strong>el</strong> <strong>chalequeo</strong> agresivo y discriminatorio<br />
y <strong>el</strong> que no lo es, cuándo hay un <strong>chalequeo</strong><br />
encubierto y no tiene tiene consecuencias visibles?<br />
No es algo fácil para los involucrados y tampoco<br />
para los teóricos. Para Vigara (1999, s/p), quien<br />
describe la importancia de la risa en palabras de<br />
un humorista español, Alvaro de Laiglesia: le basta<br />
rozar con los dedos la frente de un triste para<br />
devolverle las ganas de vivir, no le es fácil dividir<br />
tajantemente <strong>el</strong> chiste y lo cómico de la agresión,<br />
dividir <strong>el</strong> humorismo cordial, acompañado de<br />
sonrisas e ironía, de lo cómico, <strong>el</strong> sarcasmo y la<br />
risa bufona desconsiderada. Explica perfectamente<br />
la diferencia entre lo cómico y lo humorístico: lo<br />
cómico, un resbalón (Freud lo explica muy bien en<br />
sus obras) y lo humorístico, lo que se dice después<br />
d<strong>el</strong> resbalón. Es así como lo explican también<br />
los/as entrevistados/as, cuando dicen que “en la<br />
fiesta pasa lo que luego origina <strong>el</strong> <strong>chalequeo</strong>”.<br />
Debidamente diferenciado, por ejemplo, de una<br />
zancadilla realizada expresamente para que una<br />
persona se caiga, que sería una situación ni<br />
cómica ni humorística, sino de clara agresión para<br />
luego proceder a la burla.<br />
El <strong>chalequeo</strong> parece estar, en opinión de los<br />
participantes, entre las fronteras d<strong>el</strong> chiste, de lo<br />
cómico y de lo ridículo. Por ejemplo, es <strong>el</strong> caso<br />
d<strong>el</strong> chinazo, la palabra o expresión que puede<br />
tener un doble sentido, o la equivocación como<br />
ingenuidad verbal que según Freud (1905) es “lo<br />
ingenuo … la especie de lo cómico más cercana al<br />
chiste (p.1132) “ y dice que “la ingenuidad (verbal)<br />
coincide con <strong>el</strong> chiste en la expresión y en <strong>el</strong><br />
contenido haciendo nacer un equivocado empleo<br />
de palabras, un absurdo o un “dicho verde” (p. 1134)<br />
que la persona dice sin ninguna intención y donde<br />
todo <strong>el</strong> proceso de interpretación depende d<strong>el</strong><br />
oyente que ocupa <strong>el</strong> lugar de la tercera persona<br />
d<strong>el</strong> chiste. También explica Freud (1905) los<br />
apodos o referencias que destacan los caracteres<br />
físicos d<strong>el</strong> otro y dice que la comicidad está en <strong>el</strong><br />
resultado de una comparación entre las cualidades<br />
anímicas e int<strong>el</strong>ectuales y nuestro propio yo. Dice<br />
así:<br />
Lo cómico aparece primeramente como un<br />
involuntario hallazgo que hacemos en las<br />
personas: esto es, en sus movimientos, formas,<br />
actos y rasgos características y probablemente<br />
al principio tan solo en sus cualidades físicas,<br />
pero luego también en las morales y en aqu<strong>el</strong>lo<br />
en que estas se manifiestan (Freud, p. 1137).<br />
Y acota que todas las técnicas de la burla, la<br />
comicidad y <strong>el</strong> chiste pueden “entrar al servicio de<br />
tendencias hostiles y agresivas, haciendo resultar<br />
cómica a una persona con <strong>el</strong> fin de mostrarla ante<br />
los demás como desprovista de toda autoridad o<br />
dignidad y sin derecho a consideración y respeto<br />
(Freud, 1905, p. 1137). En todas estas técnicas<br />
de burla <strong>el</strong> autor encuentra la intención de buscar<br />
la superioridad (toería que comparten nuestros/as<br />
entrevistados/as) y señala que estas tendencias<br />
deben ser controladas por la educación.<br />
Carpintero (2007) tiene una posición más radical:<br />
habla de un mal humor, un humor sádico que se<br />
descarga con <strong>el</strong> más débil, chivo expiatorio de<br />
frustraciones a través de burlas y sarcasmo, que<br />
transforma <strong>el</strong> humor en un asunto de poder que sin<br />
duda describe <strong>el</strong> acoso. El autor dice que “cuando<br />
una cultura no puede crear este espacio-soporte,