Informe el chalequeo diveris%c3%b3n o discriminaci%c3%b3n
Informe el chalequeo diveris%c3%b3n o discriminaci%c3%b3n
Informe el chalequeo diveris%c3%b3n o discriminaci%c3%b3n
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
tador pasivo que está participando d<strong>el</strong> <strong>chalequeo</strong><br />
al compartir la burla, asume también para sí la r<strong>el</strong>ación<br />
de dominio-sumisión. Esto lo describe Ortega<br />
(1998) como los iguales funcionando en un<br />
escenario cerrado y clandestino, donde los protagonistas<br />
ocultan lo que ocurre a sus profesores y<br />
padres y donde los compañeros callan frente a los<br />
daños psicológicos, físicos y morales para no ser<br />
considerados débiles, estúpidos o marginados sociales,<br />
donde las víctimas sienten que es su culpa<br />
la debilidad social que evidencian y aprenden que<br />
la única manera de sobrevivir es ser igualmente<br />
violentos. Así se describen sus vivencias de las<br />
intervenciones de los/as compañeros/as:<br />
Algunos se meten. Para chalequear<br />
más. Para defender. Como grupo, como<br />
estamos todos juntos. Es como rutina.<br />
Empezaron algo, dijeron algo, entonces<br />
se burlaron, todo <strong>el</strong> mundo se burla, eso,<br />
no sé que más, todo <strong>el</strong> mundo se une,<br />
a todo <strong>el</strong> salón lo meten en ese <strong>chalequeo</strong><br />
pero ¿sabes? Cuando es un <strong>chalequeo</strong> muy<br />
feo, cuando se meten contigo, con tus<br />
defectos, a veces te defienden como<br />
hay veces que se ríen (F, 14, Baruta).<br />
Yo de repente soy de las que me meto, veo<br />
una injusticia y me llama la atención y me meto<br />
con <strong>el</strong> que está afectando al otro. Pero así los<br />
demás no, de repente lo que hacen es reírse<br />
también, pero compañeros entre compañeros<br />
no, más bien echan bromas también (F, 15,<br />
Libertador).<br />
Algunas veces se meten porque “basta, no<br />
fastidies” <strong>el</strong> <strong>chalequeo</strong> es una burla, una<br />
crítica. (M, 13, Baruta) Algunas veces no se<br />
meten, pero más veces si se meten (M, 13,<br />
Baruta).<br />
Cuando los varones chalequean, cuando por<br />
lo menos chalequeaban a uno de mi salón,<br />
entonces empezaban un rollo. Porque tú<br />
sabes por decir, un niño, la novia le pegó una<br />
cachetada, entonces en <strong>el</strong> otro salón, le dice<br />
ve, te pegaron una cachetada, lo empieza a<br />
chalequear, entonces vienen de mi salón, y<br />
como <strong>el</strong> compañero mío viene bravo se mete<br />
para ayudarlo entonces se forma <strong>el</strong> problema<br />
(F, 10, Baruta).<br />
Es importante aquí retomar lo que planteó Kohlberg<br />
(Kohlberg, Power y Higgins, 1989) en sus<br />
últimas <strong>el</strong>aboraciones sobre <strong>el</strong> desarrollo moral,<br />
sobre la problemática d<strong>el</strong> juicio y la acción, donde<br />
diferenciaba <strong>el</strong> juicio deodontólogico, <strong>el</strong> juicio<br />
moral, lo que es correcto, lo que se debe hacer, de<br />
la responsabilidad, de lo que yo debería hacer en<br />
acción, o sea los juicios que no se desarrollan de<br />
manera paral<strong>el</strong>a con la acción. No se puede enseñar<br />
valores como un componente teórico sin practicar<br />
estos valores en <strong>el</strong> aula porque se corre<br />
<strong>el</strong> riesgo de hacer una construcción teórica<br />
vacía de sentido sin contenidos prácticos<br />
cotidianos. Profesores y estudiantes deben<br />
ser llamados a tener una actitud no<br />
complaciente ante la discriminación<br />
y <strong>el</strong> acoso porque tal como dice Reimer<br />
(1997) los adolescentes pueden<br />
sentirse tentados a ser meros<br />
espectadores morales y evitar los<br />
compromisos, por culpa de un rol<br />
que la sociedad parece haberles asignado<br />
al negarles oportunidades para<br />
la acción responsable en <strong>el</strong> lugar<br />
de trabajo o en la sociedad, algo<br />
que también comparte Lutte (1991)<br />
quien considera que la adolescencia<br />
no tiene su espacio social y por carecer de<br />
poder y riqueza se encuentra marginada. La indiferencia<br />
hacia las propias responsabilidades con<br />
los/as compañeros/as puede tener que ver con la<br />
condición de marginación de los espacios de participación<br />
y decisión efectiva cotidiana, un “no opino<br />
porque igual no puedo cambiar nada”.<br />
En la etapa cercana a la adolescencia comienzan<br />
a ser los pares quienes dictan las pautas de comportamiento<br />
socializadoras. En esta época puede<br />
haber una socialización para <strong>el</strong> maltrato si éste<br />
se convierte en estable, permanente o duradero,<br />
donde un niño o grupo de niños –o niñas– establece<br />
r<strong>el</strong>aciones con otros/as basados en la dependencia<br />
o <strong>el</strong> miedo con fenómenos de maltrato,<br />
hostigamiento, intimidación psíquica y/o física<br />
permanente. En muchos casos se percibe lo que<br />
menciona Ortega (1998) que <strong>el</strong> profesorado tiene<br />
competencias y tiempo para su materia pero no<br />
sabe cómo enfrentar adecuadamente este tipo de<br />
problemas de comportamiento que involucran sentimientos<br />
y problemas sociales y d<strong>el</strong> que a menudo<br />
se ignora la parte más dolorosa.