Historia y Misión del Protestantismo Hondureño - Prolades.com

la iglesia primitiva era más que ir anunciando de casa en casa; era sobre todo la presentación de
un mensaje cristológico y pertinente, basado en la Palabra de Dios.
2) Profundidad en la evangelización. Cristo es el centro del mensaje del evangelio y por
eso ha de ser predicado con todo aquello que implica ser su discípulo. Uno de los elementos
centrales en el mensaje del evangelio es la cruz, sin la cruz no se puede ser discípulo de
Jesucristo, Lucas 13:27. Todo aquel que quiera ser discípulo de Jesús deberá tomar
ineludiblemente la cruz para ser crucificado y morir juntamente con él. El famoso predicador
inglés Carlos Spurgeon dijo en cierta ocasión, “predicar a Cristo sin su cruz es entregarle con un
beso”. En la cruz están expresadas las demandas del evangelio y del reino de Dios. Sin la cruz
no hay profundidad en la evangelización. No hay evangelización a profundidad sin un
llamamiento a un compromiso y a una consagración con Cristo y su iglesia. “Igual que Cristo no
es el Cristo más que sufriendo y siendo rechazado, del mismo modo el discípulo no es discípulo
más que sufriendo, siendo rechazado y crucificado con él. 349
La profundidad en la evangelización comienza con un llamado al verdadero
arrepentimiento, a la confesión de pecados y a un volverse incondicional a Dios. Continúa en la
formación espiritual y en la capacitación progresiva para el servicio y el crecimiento mutuo de
todo el cuerpo de Dios (Efesios 4:1-16). Para esto es necesario un programa permanente de
discipulado en donde el creyente aprenda a vivir en obediencia y a reflexionar su fe a la luz de la
Palabra de Dios y de la situación vital en la que está inmerso.
Un buen plan de discipulado deberá proponerse por lo menos tres objetivos: prepara al
creyente para vivir en obediencia a la Palabra de Dios, entrenarlo para que aprenda a reflexionar
su fe en la situación social y política en que vive, y fomentar la evangelización espontánea y la
tarea misionera. 350
3) Contextualización en la evangelización. Para que el mensaje del evangelio sea efectivo
deberá encarnarse en la realidad nacional. Es decir, deberá tomar en cuenta el contexto histórico
en que vive. El apóstol Pablo conocía bien esto y por eso su predicación era encarnada y
contextualizada a la realidad de sus oyentes, él decía:
Aunque no soy esclavo de nadie, me hecho esclavo de todos, a fin de ganar para Cristo el
mayor número posible de personas. Cuando estoy entre los judíos me vuelvo como un
judío, para ganarlos a ellos; es decir, que para ganar a los que viven bajo la ley de Moisés,
yo mismo me pongo bajo esa ley, aunque en realidad no estoy sujeto a ella. Por otra
parte, para ganar a los que no viven bajo la ley de Moisés, me vuelvo como uno de ellos,
aunque realmente estoy sujeto a la ley de Dios, ya que estoy bajo la ley de Cristo.
349 Dietrich Bonhoeffer, El Precio de la Gracia, El Seguimiento (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1986): 51.
350 Costas, Los Pastores del Pueblo, 125, 126.
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