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en sexualidad es un derecho humano – Protegerme - Mi transfor<br />

Orientación sexual y VIH - Discriminación - Desigualdad de<br />

vulnerabilidad frente al VIH – Interseccionalidad - Mi cuerpo mi t<br />

Preservativo femenino y autonomía - Las TIC: equiparando oport<br />

“En primera persona”<br />

Mariana Iacono 48<br />

De niña me enseñaron que la palabra de mi papá tenía mayor valor, que había que<br />

tenerle miedo: “Cuando venga tu padre vas a ver”. La última decisión la tenía siempre<br />

el hombre. Él mandaba en la casa. Cuando el hombre grita, la mujer se calla, y si el<br />

hombre se enoja puede ser peligroso. Mi padre nunca ejerció violencia física con mi<br />

madre, pero sí con mi hermana. Ninguna de las cuatro mujeres pudimos hacer algo<br />

al respecto.<br />

Cuando niña no tenés herramientas para poder decir si alguna persona comete<br />

violencia sexual contra vos; no sabés cómo ni cuándo, y sentís que tenés la culpa.<br />

Con siete años llevo un short corto y apretado. La culpa fue mía, por eso ese pariente<br />

me tocó mis partes íntimas, lo provoqué, ¿cómo voy a contarlo? Mi papá se enojará<br />

y me retará. Y cada noche que pasé en su casa no pude dormir, no pude decir que<br />

tenía miedo de ir; y cada situación de violencia simbólica que el ejerció sobre mí, la<br />

guardé como un secreto de estado.<br />

Al mismo tiempo, por las tardes con mi amiga íbamos a la plaza, donde había una<br />

calesita. El señor que trabajaba en la calesita nos invitaba a entrar al motor de la<br />

misma, en el centro, y ahí nos mostraba revistas pornográficas. Ninguna de las dos<br />

decía nada, nunca lo hablamos; ninguna de las dos nunca dijo nada en su casa.<br />

El señor nos proponía que si mostrábamos nuestra ropa interior nos daba fichas<br />

para dar vueltas en la calesita. Yo no me animaba, mi amiga sí y nos quedábamos<br />

mayor tiempo jugando. ¿Cómo decir en casa esto? ¿Si se lo decimos a mamá y no<br />

nos cree? ¿Y si se lo dice a papá y él se enoja?<br />

En la escuela no se hablaba de sexualidad, no se hablaba y no se habla de<br />

empoderamiento de las niñas y mujeres. Entonces seguía un camino de aprendizaje<br />

equivocado: no saber cómo decir qué quería cuando tenía relaciones sexuales,<br />

cómo negociar mis cuidados en la salud sexual y reproductiva; el hombre es más<br />

fuerte, el hombre manda, la mujer debe complacer y así el hombre estará más feliz.<br />

Por los siglos de los siglos nosotras complaciéndolos a ellos como sea y donde sea,<br />

naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.<br />

A los 19 años conocí a un hombre que causaba daño emocional y disminución de<br />

la autoestima en mi persona. Buscaba controlar mis acciones, comportamientos,<br />

creencias y decisiones mediante hostigamiento, restricción, manipulación,<br />

aislamiento y celos excesivos.<br />

48<br />

Correo electrónico de la autora: independencia008@gmail.com<br />

Concurso “Buenas prácticas y abordajes innovadores sobre género, mujeres jóvenes y VIH en América Latina”<br />

59

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