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que resulta de analizar el tema de la salud sexual de las MSM, ya que
nuestros referentes son pocos, existen mitos por estigma e ignorancia,
y se entretejen circunstancias diversas derivadas de la edad, el nivel
socioeconómico y/o educativo, etc.
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Privacidad en espacios públicos. Conocida la dificultad de hacer
preguntas íntimas y personales en un lugar abierto es indispensable que,
dentro de lo posible, se realicen las encuestas a una distancia pertinente,
donde otras personas no puedan estar escuchando lo que se responde;
unos metros pueden establecer una gran diferencia en la información que
se recaba.
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Hacer anotaciones sobre actitudes percibidas durante el cuestionario.
Realizar el esfuerzo de observar los comportamientos de las participantes
y registrarlos al reverso de cada cuestionario al término de la aplicación
nos ha brindado la posibilidad de depurar la información de la encuesta,
ya que datos que podrían parecer contradictorios cobran sentido en su
análisis o, en algunos casos, se ha optado por no registrar esos datos
debido a sus dudosa veracidad. Nuestra intención es la de recopilar
una muestra amplia pero no llenarnos de datos poco fiables o falsos, lo
cual no será de ayuda a la hora de elaborar en un futuro estrategias de
prevención que realmente funcionen.
Resultados de la Encuesta
Nos parece importante poder dar cuenta de cómo la narración sobre nuestra
experiencia en el proceso de la aplicación de los cuestionarios cerrados puede
combinarse con el análisis de algunos de los resultados obtenidos.
Hasta ahora, la muestra es de 211 mujeres del Distrito Federal y zona metropolitana,
con una edad promedio de 25 años, encuestadas entre marzo y julio de 2013.
Cabe señalar que lograr una muestra significativa es complejo e incierto, ya que no
se tiene la cifra de las mujeres que tienen sexo con otras mujeres y/o que se asumen
como lesbianas o bisexuales.
Haciendo uso de los resultados obtenidos nos es posible volver a acentuar la
importancia que tiene la desmitificación de que estas mujeres mantienen relaciones
únicamente con otras mujeres. Ahondando en esto encontramos que el 66% de
las mujeres entrevistadas se consideraban lesbianas, el 26% bisexuales, el 4%
heterosexuales y un 4% con otra identidad. Aún así, algunas mujeres heterosexuales
reportaban actividad sexual con otras mujeres, al tiempo que, otra más de estas
contradicciones, el 57% de las mujeres encuestadas manifiesta haber tenido
relaciones sexuales con uno o varios hombres. De toda la muestra, la media de
parejas sexuales hombres a lo largo de la vida de las participantes es de cuatro,
cuando sólo el 30% se identificó como bisexual o heterosexual.
En relación a otros factores explorados, como fue la salud, se nos presentó durante
el proceso y las reuniones de reflexión en grupo una preocupación en relación a las
infecciones vaginales, ya que percibíamos una cantidad considerable de mujeres
que afirmaba no haber presentado el cuadro de síntomas. Ahora, al obtener los
resultados sabemos que el 41% dice haber tenido una infección vaginal al menos
una vez, lo cual nos sigue sorprendiendo y nos hace sospechar que la baja
percepción de riesgo y la escasa información lleva a estas mujeres a no identificar
una infección en su historial médico, pero esto es todavía una hipótesis que no
hemos podido comprobar.
Concurso “Buenas prácticas y abordajes innovadores sobre género, mujeres jóvenes y VIH en América Latina”
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