EXAMINANDO EXÃMENES - Encuentro Práctico
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eve, como si la pregunta no quisiera acaparar protagonismo en el ejercicio,<br />
pero el resultado puede ser confuso: los candidatos leen y releen las preguntas,<br />
convencidos –como aseguran- de que tienen “trampa”. Como procedimiento<br />
para el análisis del proceso de enseñanza / aprendizaje no es como para tirar<br />
cohetes que digamos…<br />
El cuidado en el redactado debe ser extremo en estos casos (y es<br />
extremadamente difícil), y no debe eludir, como acostumbra a hacer, la inclusión<br />
de complementos (singularmente causales) e informaciones accesorias que<br />
permitan validar una de las opciones en detrimento de las restantes… La técnica,<br />
en el fondo, debería responder a una de las estrategias de mediación que recoge<br />
el MCER, la del parafraseo, que propicia la comprensión, esto es, no se orienta a<br />
entorpecerla. Muchos redactores de pruebas y no pocos docentes entienden<br />
esas informaciones accesorias como “pistas” que facilitan, por consiguiente, la<br />
elección de la respuesta correcta. La actitud penalizadora subyace en alguna de<br />
estas concepciones: intentar determinar lo que el candidato no sabe, mucho más<br />
de lo que sí sabe. Y el objetivo no es la penalización, sino la medición, la<br />
constatación, la detección, la observación, el análisis…, conceptos constructivos<br />
todos ellos.<br />
C) ¿ES ÉSTA LA BUENA<br />
El sistema de selección múltiple sin redactado de enunciados es uno de los más<br />
utilizados y de los considerados como más fiables (véase, sobre el particular la<br />
nota 5, arriba). Sin entrar a cuestionar esta valoración, lo cierto es que su<br />
capacidad de medición presenta algunos problemas. El primero, el carácter<br />
antinatural que tiene la lectura de un texto trufado de huecos; este tipo de<br />
ejercicios, con buen rendimiento en actividades capacitadoras, dista mucho de<br />
ser una tarea completa. En segundo lugar, suele ser el terreno mejor abonado<br />
para los deslices de los elaboradores de pruebas según veíamos en un ejemplo<br />
anterior, en especial cuando el objeto de atención es el sistema verbal. Si la<br />
correspondencia entre las opciones es muy lejana, la ambigüedad disminuye,<br />
pero también la capacidad de discriminación. Por otra parte, este tipo de trabajo<br />
se muestra limitado como informante, a menos que el repertorio de opciones<br />
sea próximo y el cotexto, muy sutil… Y este caso, para incrementar su valor<br />
informativo respecto a la interlengua del aprendiente, tal vez sería necesario<br />
PROCURAR LA REAPARICIÓN, EN OTRO MOMENTO DE LA(S) PRUEBA(S), DEL FENÓMENO QUE SE<br />
DESEA CONSTATAR. En efecto, en el proceso pueden intervenir el de selección y/o el<br />
de descarte; el primero, como decía, debe ser ratificado; el segundo es<br />
bajamente informativo: simplemente no sucede en las actividades comunicativas<br />
humanas habituales.<br />
En otro orden de cosas, y siguiendo con este tipo de pruebas, la prevención<br />
frente ambigüedades y la presencia de más de una respuesta válida corren el<br />
riesgo de asentarse sobre MODELOS DE LENGUA ENCORSETADOS, raquíticos e<br />
insuficientes. Subyace en todo ello, un error de bulto: la incapacidad de<br />
DIFERENCIAR CONOCIMIENTO GRAMATICAL Y COMPETENCIA GRAMATICAL. Y en efecto,<br />
conviven aquí ciertas contradicciones: que la medición de lo gramatical<br />
marcoELE. revista de didáctica ELE / ISSN 1885-2211 / núm. 10, 2010 16