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07. Las Corrientes del Espacio

La historia ocurre durante el ascenso de Trántor desde ser una gran potencia regional hasta convertirse en un Imperio Galáctico, unificando millones de planetas. Esta historia ocurre alrededor del año 11.000 d. C. (inicialmente 34.500 d. C., según la cronología a principios de los años 1950), cuando el Imperio Trantoriano abarca aproximadamente la mitad de la Vía Láctea.

La historia ocurre durante el ascenso de Trántor desde ser una gran potencia regional hasta convertirse en un Imperio Galáctico, unificando millones de planetas. Esta historia ocurre alrededor del año 11.000 d. C. (inicialmente 34.500 d. C., según la cronología a principios de los años 1950), cuando el Imperio Trantoriano abarca aproximadamente la mitad de la Vía Láctea.

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-Lo mismo podría estar muerto -dijo el capataz-, Sería un favor"<br />

-¡No se puede matar a una persona viva!<br />

-Entonces diga usted qué se puede hacer.<br />

-¿Y quién quiere que se haga cargo? ¿Lo aceptaría usted?<br />

Terens pasó por alto la actitud abiertamente insolente, -Tengo otras cosas que hacer.<br />

-Como todo el mundo. No puedo dejar que nadie olvide el trabajo <strong>del</strong> molino para ocuparse de este pobre<br />

chiflado.<br />

Terens lanzó un suspiro, y con rencor dijo:<br />

-Vamos a ver, capataz, seamos razonables. Si hace usted que uno de sus hombres se ocupe de este pobre<br />

infeliz hablaré en su favor a los Nobles, de lo contrario diré solamente que no veo ninguna razón por la cual no<br />

podía ocuparse de él.<br />

El capataz reflexionó. El Edil llevaba allí sólo un mes pero había intervenido ya en asuntos de personal que<br />

llevaban en la ciudad toda su vida. Sin embargo, tenía apoyos entre los Nobles y no convenía enfrentarse con él<br />

mucho tiempo:<br />

-Pero ¿quién va a aceptarlo? -dijo. Una horrible sospecha se apoderó de él-. ¡Yo no puedo! Tengo tres chiquillos<br />

y mi mujer está enferma.<br />

-No le he insinuado que lo hiciese. Terens miró hacia la ventana. Una vez los patrulleros se marcharon, la<br />

muchedumbre se acumuló, cada vez más numerosa, frente a la casa <strong>del</strong> Edil. La mayoría era gente joven,<br />

demasiado jóvenes para ser obreros; otros eran mozos de labranza de las granjas próximas. Algunos eran<br />

obreros de los molinos que no estaban de turno.<br />

Terens vio a una muchacha gruesa a un lado de la muchedumbre. Durante el mes transcurrido la había<br />

observado varias veces. Era fuerte, competente y trabajadora. Bajo su expresión desdichada se ocultaban<br />

buenos sentimientos. Si hubiese sido un hombre hubiera podido ser nombrado instructor de ediles. Pero era una<br />

mujer; sus padres habían muerto y se veía claramente que había que descartar en ella el interés romántico. Era<br />

una muchacha solitaria, en una palabra, y que seguiría siéndolo.<br />

-¿Y ésta? -preguntó. El capataz la miró y soltó un rugido.<br />

-¡ Maldita sea, tendría que estar trabajando!<br />

-Bien. ¿Cómo se llama?<br />

-Es Valona March.<br />

-Muy bien. Ahora la recuerdo. Llámela.<br />

Un momento después Terens se había convertido en el tutor oficioso de la pareja. Hizo cuanto pudo por tener<br />

raciones suplementarias para ella, cupones extra de ropa y cuan tu era necesario para permitir a dos adultos<br />

(uno de ellos no inscrito) vivir con los ingresos de uno. Fue el instrumento que consiguió obtener un aprendizaje<br />

para Rik en los molinos de Florina. Intervino para evitar un mayor castigo de Valona cuando su disputa con el<br />

jefe de sección. La muerte <strong>del</strong> doctor de la ciudad hizo innecesario intentar una acción más enérgica que la que<br />

se había adoptado, pero hubiera estado dispuesto a ello. .<br />

Era natural que Valona acudiese a él en todas sus tribulaciones y ahora él estaba esperando a que contestase<br />

su pregunta.<br />

Valona seguía vacilando.<br />

-Dice que todos los habitantes <strong>del</strong> mundo morirán -dijo finalmente.<br />

-¿Dijo qué? -preguntó Terens al parecer asombrado. -Dice que no lo sabe. Recuerda sólo que antes era,<br />

sabe usted, así, como es. Y dice recordar que desempeñaba un importante cargo, pero no entiendo qué es.<br />

-¿Cómo lo describe?<br />

-Dice que...que analizaba Nada, N mayúscula.<br />

Valona esperó un momento y se apresuró a explicar: -Analizar quiere decir poner las cosas aparte como...<br />

-Sé lo que quiere decir, muchacha.<br />

-¿Sabe lo que quiere decir, Edil? -dijo la muchacha mirándole asombrada.<br />

-Quizá, Valona.<br />

-Pero, Edil, ¿puede alguien hacer algo con Nada?<br />

-¿Cómo, Valona? -dijo Terens poniéndose de pie y sonriendo-. ¿No sabes que todo en toda la Galaxia es en<br />

gran parte Nada?<br />

Ningún destello de comprensión brilló en la mente de Valona pero aceptó el hecho. El Edil era un hombre muy<br />

educado. Con un súbito arranque de orgullo tuvo la súbita sensación de que Rik era más instruido todavía.<br />

-Ven dijo Terens, tendiéndole la mano-. ¿Dónde está Rik?<br />

-En casa. Durmiendo.<br />

-Muy bien. Te llevo allí. ¿Quieres que los patrulleros te encuentren por la calle sola?<br />

Por la noche la población parecía desprovista de vida. <strong>Las</strong> luces de la calle que partía en dos zonas las casas de<br />

los obreros relucían sin resplandor. En el aire había síntomas de lluvia, pero sólo de aquella lluvia caliente y<br />

ligera que caía casi cada noche. No había necesidad de tomar precauciones especiales.<br />

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