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07. Las Corrientes del Espacio

La historia ocurre durante el ascenso de Trántor desde ser una gran potencia regional hasta convertirse en un Imperio Galáctico, unificando millones de planetas. Esta historia ocurre alrededor del año 11.000 d. C. (inicialmente 34.500 d. C., según la cronología a principios de los años 1950), cuando el Imperio Trantoriano abarca aproximadamente la mitad de la Vía Láctea.

La historia ocurre durante el ascenso de Trántor desde ser una gran potencia regional hasta convertirse en un Imperio Galáctico, unificando millones de planetas. Esta historia ocurre alrededor del año 11.000 d. C. (inicialmente 34.500 d. C., según la cronología a principios de los años 1950), cuando el Imperio Trantoriano abarca aproximadamente la mitad de la Vía Láctea.

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-¿Por qué dice usted que esto es una farsa? -dijo Abel con voz agitada.<br />

-¿No lo es acaso? -respondió Fife-. Acepté asistir a esta conferencia sólo por una amenaza que dirigieron<br />

ustedes contra mí. Incluso en este caso me hubiera negado si hubiese sabido que la conferencia estaba<br />

destinada a ser mi proceso, con renegados y asesinos actuando de acusadores y jurado. .<br />

Abel frunció el ceño y su voz adquirió un tono de helado formalismo:<br />

-Esto no es un proceso, señor. El doctor Junz está aquí con el fin de recuperar a un miembro <strong>del</strong> CAEI, como es<br />

su derecho y su deber. y 6 estoy aquí para proteger los intereses de Trantor durante una época de agitación. En<br />

mi cerebro no cabe la menor duda de que este hombre, Rik, es el desaparecido analista <strong>del</strong> espacio. Podemos<br />

dar por terminada esta conferencia inmediatamente si están ustedes de acuerdo en entregar este hombre al<br />

doctor Junz para ulterior examen, incluyendo la aprobación de las características físicas. Necesitaremos, desde<br />

luego, su ulterior ayuda para encontrar al culpable de la psicoprueba y establecer una salvaguardia contra una<br />

posible repetición de tales actos contra lo que es, después de todo, una agencia interestelar que se ha<br />

mantenido con firmeza al margen de la política regional.<br />

-¡Vaya discurso! -dijo Fife-. Pero lo obvio sigue siendo obvio y sus planes siguen siendo transparentes. ¿Qué<br />

ocurrirá si entrego este hombre? Estoy convencido de que el CAEI se las arreglará para descubrir lo que quiere<br />

descubrir. Pretende ser una agencia interestelar sin ligámenes regionales. Pero es un hecho, ¿no es verdad? ,<br />

que Trantor contribuye con dos terceras partes a su presupuesto anual. Dudo que ningún observador razonable<br />

admita hoy considerarlo neutral en la Galaxia. Sus descubrimientos referentes a este hombre convendrán con<br />

toda seguridad a los intereses imperiales de Trantor.<br />

»¿Y cuáles serán estos descubrimientos? Es obvio .también. La memoria de este hombre volverá lentamente. El<br />

CAEI publicará boletines cotidianos. Poco a poco irá recordando más y más detalles necesarios. Primero mi<br />

nombre. Después mi aspecto. Después mis palabras exactas. Seré solemnemente declarado culpable. Se<br />

exigirán reparaciones y Trantor se verá obligado a ocupar Sark temporalmente, ocupación que en cierto modo<br />

se convertirá en permanente.<br />

»Hay límites más allá de los cuales todo chantaje fracasa. El suyo, señor embajador, termina aquí. Si quiere<br />

usted a este hombre, diga a Trantor que mande una flota a buscarlo<br />

-No es cuestión de fuerza -dijo Abel- Sin embargo, observo que ha evitado usted, cuidadosamente evitado,<br />

negar las derivaciones de las últimas palabras <strong>del</strong> analista <strong>del</strong> espacio.<br />

-No hay ninguna derivación que me obligue a dignificarme desmintiéndola. Recuerda a un hombre, o dice que lo<br />

recuerda. ¿Qué significa eso?<br />

-¿No significa acaso nada que lo recuerde?<br />

-Nada absolutamente. El nombre de Fife es muy conocido en Sark. Aun admitiendo en principio que el presunto<br />

analista <strong>del</strong> espacio sea sincero, ha tenido durante un año la oportunidad de oírlo pronunciar en Florina. Ha<br />

llegado a Sark en una nave que traía a mi hija, una oportunidad todavía mejor de oír pronunciar el nombre de<br />

Fife. ¿Qué tiene de particular que ese nombre se haya mezclado a sus nebulosos recuerdos? Desde luego,<br />

puede no ser sincero. Los paulatinos recuerdos de este hombre pueden muy bien haber sido ensayados.<br />

A Abel no se le ocurrió nada que decir. Miró a los demás. Junz fruncía intensamente el ceño, acariciándose<br />

lentamente la barbilla con los dedos de la mano derecha. Steen se agitaba nervioso y murmuraba algo en voz<br />

baja. El Edil de Florina contemplaba sus rodillas sin expresión.<br />

Fue Rik quien rompió el silencio, escapando a la presa de Valona y poniéndose en pie.<br />

-Escuchen...-dijo-. Su pálido rostro estaba contorsionado. Sus ojos reflejaban el dolor.<br />

-Otra revelación, supongo...-dijo Fife,<br />

-¡Escuchen! -dijo Rik-. Estábamos sentados a una mesa. El té estaba drogado. Habíamos disputado, no<br />

recuerdo por qué, Entonces no pude moverme. Sólo podía permanecer sentado, No podía hablar. No podía<br />

pensar..., ¡había sido drogado! Quería gritar, gritar, correr, pero no podía. Entonces llegó el otro, Fife. Me había<br />

estado gritando. Pero ahora no gritaba. No tenía necesidad. Dio la vuelta a la mesa. Se detuvo a mi lado,<br />

dominándome. Yo no podía decir nada. No podía hacer nada. Sólo podía tratar de volver los ojos hacia él.<br />

Permaneció de pie, en silencio.<br />

-¿Este otro hombre era Fife? -preguntó Selim Junz. -Recuerdo que su nombre era Fife. -Bien. ¿Era este<br />

hombre?<br />

Rik no se volvió para mirar .<br />

-No puedo recordar cómo era -dijo.<br />

-¿Está seguro?<br />

-He estado intentándolo...-estalló-. ¡No saben ustedes cuán duro es! ¡Duele! ¡Es como una aguja al rojo blanco!<br />

¡Profundamente! ¡Aquí dentro! -Se llevaba las manos a la cabeza.<br />

-Sé que es duro. Pero debe usted intentarlo -dijo Junz suavemente-. Debe usted seguir intentándolo. i Mire a<br />

este hombre! ¡Vuélvase y mírelo!<br />

Se volvió hacia el Señor de Fife. Estuvo contemplándolo fijamente un momento, después apartó la mirada.<br />

-¿Puede recordarlo ahora? -preguntó Junz.<br />

-¡No! ¡No!<br />

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