10. Hacia la Fundación
En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.
En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.
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-iTraigan a mi despacho al jardinero que acaba de irse! -gritó salvajemente por el<br />
comunicador con una voz desprovista de su habitual control-. ¡Tráiganlo aquí ahora<br />
mismo!<br />
20<br />
-¿Qué es eso de los nuevos jardineros? -exc<strong>la</strong>mó Seldon.<br />
Esta vez no le pidió que se sentara.<br />
Gruber parpadeó a toda prisa. Ser rec<strong>la</strong>mado de forma tan inesperada al despacho le<br />
había dejado casi paralizado por el pánico.<br />
-¿Nu-nuevos ja-jardineros? -tartamudeó.<br />
-Dijo «todos los nuevos jardineros». Ésas fueron sus pa<strong>la</strong>bras. ¿A qué nuevos<br />
jardineros se refería?<br />
Gruber estaba perplejo.<br />
-Bueno, si va a haber un nuevo jefe de jardineros habrá nuevos jardineros. Es <strong>la</strong><br />
costumbre.<br />
-Nunca había oído hab<strong>la</strong>r de eso.<br />
-La última vez que hubo un cambio en el puesto de jefe de jardineros usted aún no era<br />
primer ministro. Es probable que ni siquiera estuviese en Trantor.<br />
-Pero, ¿de qué está hab<strong>la</strong>ndo?<br />
-Bien... Los jardineros nunca son despedidos. Algunos mueren; otros acaban<br />
envejeciendo demasiado para el trabajo, así que se les da una pensión y se los remp<strong>la</strong>za,<br />
pero cuando el nuevo jefe de jardineros está preparado para empezar a desempeñar sus<br />
funciones, al menos <strong>la</strong> mitad del personal es viejo y ya ha dejado atrás sus mejores años<br />
<strong>la</strong>borales. Entonces se les asigna una pensión muy generosa y se los remp<strong>la</strong>za con<br />
nuevos jardineros.<br />
-Porque hacen falta jardineros jóvenes.<br />
-En parte sí, pero también porque a esas alturas lo normal es que haya nuevos p<strong>la</strong>nes<br />
para los jardines, y además se necesitan nuevas ideas. Hay casi quinientos kilómetros<br />
cuadrados de parques y jardines, lo normal es que se necesiten unos cuantos años para<br />
reorganizarlo todo y yo tendré que supervisar todo el trabajo. Por favor, primer ministro... -<br />
Gruber estaba jadeando-. Estoy seguro de que un hombre tan inteligente como usted<br />
podrá encontrar alguna forma de conseguir que el emperador cambie de opinión.<br />
Seldon no prestaba atención, y <strong>la</strong>s arrugas de su frente indicaban que estaba sumido<br />
en una profunda concentración.<br />
-¿De dónde vienen los nuevos jardineros?<br />
-Se hacen exámenes en todos los mundos... Siempre hay gente esperando <strong>la</strong> ocasión<br />
de sustituir a los viejos jardineros. Llegarán a centenares en una docena de remesas.<br />
Como mínimo necesitaré un año entero para...<br />
-¿De dónde vienen? Vamos, vamos... ¿De dónde vienen?<br />
-De cualquier mundo entre un millón. Se requiere una amplia gama de conocimientos<br />
sobre horticultura. Cualquier ciudadano del Imperio puede presentarse.<br />
-¿De Trantor también?<br />
-No, de Trantor no. En los jardines no hay nadie de Trantor. -Gruber adoptó un tono de<br />
voz despectivo-. Nadie que haya nacido en Trantor puede llegar a ser jardinero. Los<br />
parques que hay debajo de <strong>la</strong> cúpu<strong>la</strong> no son jardines. No tienen más que macetas, y los<br />
animales están enjau<strong>la</strong>dos. Los trantorianos son unos pobres desgraciados que no saben<br />
nada sobre el aire fresco, el agua en libertad y el auténtico equilibrio de <strong>la</strong> Naturaleza.<br />
-De acuerdo, Gruber, voy a encargarle un trabajo. Quiero que me consiga los nombres<br />
de todos los nuevos jardineros que vayan llegando en <strong>la</strong>s próximas semanas, y quiero<br />
que lo averigüe todo sobre ellos. Nombre, mundo, número de referencia, educación,<br />
experiencia..., todo, y lo quiero tener todo sobre mi escritorio lo más deprisa posible.