24.06.2015 Views

10. Hacia la Fundación

En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.

En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

De su papel como historiador pueden tomarse como ejemplos sus...<br />

ENCICLOPEDIA GALÁCTICA<br />

1<br />

Contados en Tiempo Galáctico Estándar -todo el mundo usaba el TGE para contar-,<br />

Wanda tenía ocho años, y era toda una pequeña dama de modales corteses y refinados.<br />

Tenía <strong>la</strong> cabellera <strong>la</strong>cia de un color castaño c<strong>la</strong>ro. Sus ojos eran azules, pero se estaban<br />

oscureciendo y quizás acabaría por tener los ojos castaños de su padre.<br />

Wanda estaba sentada perdida en sus pensamientos. Sesenta...<br />

Era el número que <strong>la</strong> preocupaba. El abuelo estaba a punto de celebrar su cumpleaños<br />

e iba a cumplir sesenta años, y sesenta era un número muy grande. Wanda estaba<br />

preocupada porque <strong>la</strong> noche anterior había tenido una pesadil<strong>la</strong> en <strong>la</strong> que aparecía el<br />

número sesenta.<br />

Fue en busca de su madre. Tendría que preguntárselo.<br />

Su madre no resultó muy difícil de encontrar. Estaba hab<strong>la</strong>ndo con el abuelo,<br />

seguramente sobre el cumpleaños. Wanda vaciló. Preguntárselo de<strong>la</strong>nte del abuelo no<br />

estaría bien.<br />

Su madre no tuvo ninguna dificultad para detectar <strong>la</strong> inquietud de Wanda.<br />

-Un momento, Hari -dijo-. No sé qué le pasa a Wanda... ¿Qué tienes, querida?<br />

Wanda tiró de su mano.<br />

-Aquí no, madre. En privado.<br />

Manel<strong>la</strong> se volvió hacia Hari Seldon.<br />

-¿Ves qué pronto empieza? Vidas privadas, problemas privados... C<strong>la</strong>ro que sí, Wanda.<br />

¿Quieres que vayamos a tu habitación?<br />

-Sí, madre -dijo Wanda aliviada.<br />

Madre e hija fueron a <strong>la</strong> habitación de <strong>la</strong> niña cogidas de <strong>la</strong> mano.<br />

-Bien, Wanda, ¿cuál es el problema?<br />

-Madre, el abuelo...<br />

-iEl abuelo! Pero Wanda, el abuelo jamás haría nada que te pudiera disgustar.<br />

-Bueno, pues lo está haciendo. -Los ojos de Wanda se llenaron de lágrimas-. ¿Se va a<br />

morir?<br />

-¿Tu abuelo? ¿Quién te ha metido esa idea en <strong>la</strong> cabeza, Wanda?<br />

-Va a cumplir sesenta años. Eso es ser muy viejo...<br />

-No, no lo es. No es joven, pero tampoco es viejo. Las personas pueden vivir ochenta,<br />

noventa e incluso cien años, y tu abuelo está fuerte y sano. Vivirá mucho tiempo.<br />

-¿Estás segura? -preguntó Wanda mientras suspiraba hondamente.<br />

Manel<strong>la</strong> cogió a su hija por los hombros y <strong>la</strong> miró a los ojos.<br />

-Todos tenemos que morir algún día, Wanda. Ya te lo he explicado en alguna ocasión,<br />

pero a pesar de eso no nos preocupamos de ello hasta que el día está muy, muy cerca. -<br />

Le limpió los ojos con gran delicadeza-. El abuelo seguirá viviendo hasta que tú hayas<br />

crecido y tengas tus propios bebés, ya lo veras. Y ahora, ven conmigo. Quiero hab<strong>la</strong>r con<br />

tu abuelo.<br />

Wanda volvió a suspirar.<br />

Cuando regresaron, Seldon se volvió hacia <strong>la</strong> niña y le <strong>la</strong>nzó una mirada llena de<br />

simpatía.<br />

-¿Qué ocurre, Wanda? ¿Por qué estás triste?<br />

Wanda meneó <strong>la</strong> cabeza.<br />

Seldon volvió <strong>la</strong> cabeza hacia <strong>la</strong> madre.<br />

-Bien, Manel<strong>la</strong>, ¿qué ocurre?<br />

Manel<strong>la</strong> también meneó <strong>la</strong> cabeza.<br />

-Tendrá que decírtelo el<strong>la</strong> misma.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!