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10. Hacia la Fundación

En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.

En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.

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pa<strong>la</strong>cio se vaya deteriorando. He de permitir que el número de cortesanos imperiales<br />

disminuya pau<strong>la</strong>tinamente.<br />

»Profesor Seldon, si quiere créditos he de decirle que no tengo nada que darle.<br />

¿Dónde voy a encontrar fondos para <strong>la</strong> Biblioteca Galáctica? Tendrían que agradecerme<br />

que consiga darles algo cada año.<br />

El emperador extendió <strong>la</strong>s manos con <strong>la</strong>s palmas hacia arriba como indicándole lo<br />

vacías que estaban <strong>la</strong>s arcas imperiales.<br />

Hari Seldon estaba atónito.<br />

-Pero... -murmuró-. Alteza, aunque no dispongáis de esos fondos seguís teniendo el<br />

prestigio imperial. (No podéis ordenar a <strong>la</strong> Biblioteca Galáctica que permita conservar mi<br />

despacho y que acceda a que mis colegas me ayuden en ese trabajo de importancia<br />

vital?<br />

Agis XIV volvió a sentarse como si el hab<strong>la</strong>r de otro tema que no fueran los créditos le<br />

hubiese calmado al instante.<br />

-Seldon, tiene que comprender que <strong>la</strong> Biblioteca Galáctica posee una <strong>la</strong>rga tradición de<br />

independencia y que en cuanto concierne a su autogobierno no está sometida a <strong>la</strong><br />

potestad del emperador. La biblioteca establece sus propias reg<strong>la</strong>s internas y ha venido<br />

haciéndolo desde que Agis VI, el emperador de quien tomé mi nombre -y Agis XIV sonrió-,<br />

intentó contro<strong>la</strong>r <strong>la</strong>s nuevas funciones de <strong>la</strong> biblioteca. No lo consiguió, y si el gran Agis VI<br />

fracasó, ¿cree que yo triunfaría?<br />

-Alteza, no os estoy pidiendo que utilicéis <strong>la</strong> fuerza. Me limito a pediros que expreséis<br />

un deseo de <strong>la</strong> forma más cortés posible. Estoy seguro de que si no afecta a ninguna<br />

función vital de <strong>la</strong> Biblioteca Galáctica el gremio de bibliotecarios estará dispuesto a<br />

demostrar su respeto al emperador cumpliendo sus deseos.<br />

-Profesor Seldon, qué poco conoce a los bibliotecarios y a <strong>la</strong> Biblioteca Galáctica...<br />

Basta con que exprese un deseo, por cortés y tímida que sea esa expresión de mi<br />

voluntad, para que pueda tener <strong>la</strong> seguridad de que harán justo lo contrario. Son muy<br />

sensibles a <strong>la</strong> más mínima señal de control imperial.<br />

-Entonces, ¿qué puedo hacer? -preguntó Seldon.<br />

-Bueno, le diré lo que puede hacer... Acabo de tener una idea. Soy un ciudadano del<br />

Imperio y si lo deseo puedo visitar <strong>la</strong> biblioteca. Se encuentra dentro del recinto del<br />

pa<strong>la</strong>cio, por lo que visitar<strong>la</strong> no supondría ninguna vio<strong>la</strong>ción del protocolo. Usted vendrá<br />

conmigo y haremos ostentación de lo bien que nos llevamos. No les pediré nada, pero si<br />

nos ven caminando cogidos del brazo quizá algunos de los miembros de su precioso<br />

consejo se sientan mejor dispuestos hacia usted de lo que se sentirían en otras<br />

circunstancias..., es todo lo que puedo hacer.<br />

Seldon, profundamente desilusionado, se preguntó si bastaría con aquello.<br />

12<br />

-No sabía que tuviera una re<strong>la</strong>ción de amistad tan íntima con el emperador, profesor<br />

Seldon -dijo Las Zenow, y en su voz había una nueva nota de respeto.<br />

-¿Por qué no iba a tener<strong>la</strong>? Para ser emperador es un hombre de espíritu terriblemente<br />

democrático, y estaba interesado en mis experiencias como primer ministro durante el<br />

reinado de Cleón.<br />

-Todos quedamos muy impresionados. Hacía muchos años que no veíamos a un<br />

emperador caminando por nuestros pasillos. Normalmente cuando el emperador necesita<br />

los servicios de <strong>la</strong> biblioteca...<br />

-Ya me imagino qué ocurre. Lo pide y se le lleva inmediatamente como acto de cortesía<br />

hacia el emperador, ¿no?<br />

-Hace mucho tiempo se sugirió que el emperador debería contar con un equipo propio<br />

en su pa<strong>la</strong>cio -dijo Zenow, quien parecía tener bastantes ganas de hab<strong>la</strong>r-. Ese equipo

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