10. Hacia la Fundación
En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.
En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
-Estoy dispuesto a permitir que lo intente, pero debe saber de antemano que su p<strong>la</strong>n<br />
quizá no funcione.<br />
-Tengo que correr ese riesgo. Le ruego que haga lo que tenga que hacerse y que me<br />
comunique cuándo y dónde he de presentarme ante el consejo.<br />
Seldon salió del despacho de Zenow sintiéndose bastante inquieto y preocupado. Todo<br />
lo que le había dicho al jefe de bibliotecarios era cierto..., y trivial. La auténtica razón por<br />
<strong>la</strong> que necesitaba utilizar <strong>la</strong> biblioteca no había salido a <strong>la</strong> luz en ningún momento de su<br />
conversación.<br />
Y, en parte, eso se debía a que ni el mismo Seldon entendía muy bien el motivo.<br />
9<br />
Hari Seldon estaba sentado junto a <strong>la</strong> cabecera de Yugo Amaryl. Yugo agonizaba. Se<br />
encontraba más allá de <strong>la</strong> ayuda que pudieran prestarle los médicos aun suponiendo que<br />
hubiera consentido en utilizar<strong>la</strong>, y <strong>la</strong> había rechazado.<br />
Sólo tenía cincuenta y cinco años. Seldon tenía sesenta y seis, y a pesar de eso y<br />
dejando aparte <strong>la</strong> ocasional punzada de dolor ciático -o lo que fuese-, que le hacía cojear<br />
un poco, disfrutaba de una salud excelente.<br />
Amaryl abrió los ojos.<br />
-¿Sigues ahí, Hari?<br />
Seldon asintió.<br />
-No te abandonaré.<br />
-¿Hasta que muera?<br />
-Sí -murmuró Seldon-. Yugo, ¿por qué has hecho esto? -le preguntó de repente con<br />
voz entristecida-. Si hubieras llevado una existencia más sana y racional habrías podido<br />
disfrutar de veinte o treinta años más de vida.<br />
Los <strong>la</strong>bios de Amaryl esbozaron una débil sonrisa.<br />
-¿Una existencia más sana y racional? ¿Te refieres a haberme tomado unas<br />
vacaciones de vez en cuando, a haber visitado los p<strong>la</strong>netas turísticos, a haberme divertido<br />
con nimiedades?<br />
-Sí. Sí.<br />
-En ese caso habría anhe<strong>la</strong>do volver a mi trabajo o me habría acabado acostumbrando<br />
a desperdiciar el tiempo, y esos veinte o treinta años de vida adicional no me habrían<br />
servido de nada. Tú, por ejemplo...<br />
-¿Qué quieres decir?<br />
-Fuiste primer ministro de Cleón durante diez años. ¿Cuánto tiempo dedicaste a <strong>la</strong><br />
ciencia mientras eras primer ministro?<br />
-Dedicaba una cuarta parte de mi tiempo a <strong>la</strong> psicohistoria -dijo Seldon en voz baja.<br />
-Exageras. De no haber sido por mí el desarrollo de <strong>la</strong> psicohistoria habría quedado<br />
totalmente paralizado.<br />
Seldon asintió.<br />
-Tienes razón, Yugo, y te lo agradezco.<br />
-Y antes y después de eso, cuando invertías por lo menos <strong>la</strong> mitad de tu tiempo en <strong>la</strong>s<br />
tareas administrativas... ¿Quién se encarga..., quién se encargaba del trabajo realmente<br />
importante? ¿Eh?<br />
-Tú, Yugo.<br />
-Por supuesto.<br />
Amaryl volvió a cerrar los ojos.<br />
-Pero siempre dijiste que si me sobrevivías te encargarías de esas tareas<br />
administrativas -dijo Seldon.