10. Hacia la Fundación
En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.
En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
-Los dioses te trajeron a P<strong>la</strong>nchet -dijo Andorin en un tono de voz cuidadosamente<br />
neutral.<br />
-Así es. Un grupo de jardineros pronto entrará en el recinto del Pa<strong>la</strong>cio Imperial. -<br />
Namarti hizo una pausa y pareció saborear su pensamiento-. Hombres y mujeres, los<br />
suficientes para enmascarar al puñado de agentes que los acompañarán, entre los cuales<br />
estarás tú... y P<strong>la</strong>nchet. Y lo que os convertirá en dos presencias inusuales es el hecho de<br />
que tanto tú como P<strong>la</strong>nchet iréis armados con desintegradores.<br />
-Supongo que nos detendrán en <strong>la</strong> puerta y nos someterán a un interrogatorio -dijo<br />
Andorin con deliberada malicia mientras mantenía su expresión afable y cortés-. Tratar de<br />
introducir un desintegrador en el recinto imperial...<br />
-No seréis detenidos -añadió Namarti sin percatarse de <strong>la</strong> malicia impregnada en <strong>la</strong> voz<br />
de Andorin-. No seréis registrados. Se han hecho los arreglos necesarios. Seréis recibidos<br />
por algún funcionario del pa<strong>la</strong>cio, naturalmente... No tengo ni idea de quién es el que se<br />
encarga normalmente de eso, y por lo que sé, quizá sea el tercer ayudante del chambelán<br />
a cargo de <strong>la</strong>s hojas y <strong>la</strong>s hierbas, pero en este caso será el mismísimo Seldon. El gran<br />
matemático saldrá corriendo de su despacho para recibir a los nuevos jardineros y darles<br />
<strong>la</strong> bienvenida al recinto imperial.<br />
-Supongo que estarás seguro.<br />
-Por supuesto que sí. Todo está preparado. Aproximadamente en el último minuto<br />
Seldon se enterará de que su hijo se encuentra en el contingente de nuevos jardineros y<br />
no podrá contener el impulso de ir a verle. Y cuando Seldon aparezca, P<strong>la</strong>nchet alzará su<br />
desintegrador. Nuestros agentes empezarán a gritar iTraición, traición! P<strong>la</strong>nchet<br />
aprovechará <strong>la</strong> confusión para matar a Seldon y después tú matarás a P<strong>la</strong>nchet. Luego<br />
dejarás caer tu arma al suelo y te marcharás. Habrá personas que te ayudarán a<br />
desaparecer. Todo ha sido cuidadosamente preparado.<br />
-¿Es absolutamente necesario matar a P<strong>la</strong>nchet?<br />
Namarti frunció el ceño.<br />
-¿Por qué lo preguntas? ¿Pones objeciones a un asesinato y en cambio a otro no?<br />
Cuando P<strong>la</strong>nchet se recupere, ¿quieres que le cuente a <strong>la</strong>s autoridades todo lo que sabe<br />
sobre nosotros? No olvides que en realidad P<strong>la</strong>nchet es Raych Seldon. Parecerá como si<br />
los dos hubierais disparado al mismo tiempo..., o como si Seldon hubiera ordenado matar<br />
a su hijo en caso de algún movimiento hostil. Nos ocuparemos de que todo el aspecto<br />
familiar de <strong>la</strong> historia reciba <strong>la</strong> máxima publicidad. Eso hará que <strong>la</strong> gente recuerde los<br />
horribles tiempos de Manowell, el emperador sanguinario... La pura perversidad del acto<br />
repugnará a toda <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción de Trantor, y si a ello añadimos <strong>la</strong> falta de eficiencia y <strong>la</strong>s<br />
averías cuyas consecuencias han tenido que soportar, creará un c<strong>la</strong>mor generalizado<br />
exigiendo un nuevo gobierno..., y nadie será capaz de negárselo, incluyendo al<br />
emperador. Y entonces intervendremos.<br />
-¿Así de fácil?<br />
-No, nada de «así de fácil». No vivo en un mundo de sueños. Es probable que se<br />
instituya un gobierno de transición, pero caerá. Nos ocuparemos de que fracase,<br />
abandonaremos <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ndestinidad y ofreceremos nueva vida a los viejos argumentos<br />
joranumitas que los trantorianos nunca han olvidado. Con el tiempo, y no hará falta<br />
esperar mucho, seré primer ministro.<br />
-¿Y yo?<br />
-Con el tiempo serás emperador.<br />
-Las posibilidades de que todo esto salga bien son muy escasas -dijo Andorin-. Se han<br />
hecho los arreglos para esto, se han hecho los arreglos para lo de más allá... Todo ha de<br />
encajar a <strong>la</strong> perfección o el p<strong>la</strong>n fracasará. En algún lugar alguien cometerá un error. Es<br />
un riesgo inaceptable.<br />
-¿Inaceptable? ¿Para quién? ¿Para ti?