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10. Hacia la Fundación

En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.

En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.

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Seldon decidió ponerse en contacto con el emperador Agis XIV.<br />

29<br />

-¡Qué sorpresa! Amigo Hari... -El rostro de Agis sonreía a Seldon desde <strong>la</strong> holopantal<strong>la</strong>-<br />

. Me alegra tener noticias suyas, aunque normalmente hace más caso de los formalismos<br />

y pide una audiencia personal, ¿eh? Vamos, Hari, ha despertado mi curiosidad... ¿A qué<br />

viene tanta urgencia?<br />

-Alteza -dijo Seldon-, mi hijo Raych, su esposa y su hija viven en Santanni.<br />

-Ah... Santanni -dijo ei emperador y su sonrisa se desvaneció-. En toda <strong>la</strong> historia del<br />

Imperio no ha habido un caso más c<strong>la</strong>ro de estupidez y...<br />

-Alteza, por favor -le interrumpió Seldon, sorprendiendo tanto al emperador como a sí<br />

mismo con aquel<strong>la</strong> f<strong>la</strong>grante infracción al protocolo imperial-. Mi hijo logró introducir a<br />

Manel<strong>la</strong> y Bellis en el Arcadia VII, un hipernavío con destino a Anacreonte, pero tuvo que<br />

quedarse en Santanni. De eso ya hace tres días. El navío no ha llegado a Anacreonte, y<br />

mi hijo parece haber desaparecido. Mis l<strong>la</strong>madas a Santanni han sido inútiles, y <strong>la</strong>s<br />

comunicaciones se han interrumpido hace poco. Alteza, os lo ruego... ¿Podéis ayudarme?<br />

-Hari, como sabe todos los <strong>la</strong>zos oficiales entre Santanni y Trantor han sido cortados,<br />

pero aún tengo cierta influencia en algunas zonas de Santanni. Es decir, aún quedan<br />

algunas personas leales a mí que todavía no han sido descubiertas... No puedo<br />

establecer contacto directo con ninguno de mis agentes en ese mundo, pero puedo<br />

compartir con usted todos los informes que reciba de ellos. Son de naturaleza altamente<br />

confidencial, c<strong>la</strong>ro está, pero considerando su situación y nuestra re<strong>la</strong>ción, permitiré que<br />

tenga acceso a todos aquellos datos que puedan serle de interés.<br />

»Espero recibir otro informe dentro de una hora. Si lo desea me pondré en contacto con<br />

usted en cuanto haya llegado. Haré que uno de mis secretarios repase todas <strong>la</strong>s<br />

transmisiones que han llegado de Santanni durante los tres últimos días buscando<br />

cualquier referencia a Raych, Manel<strong>la</strong> o Bellis Seldon.<br />

-Gracias, Alteza. Os lo agradezco humildemente.<br />

Hari Seldon inclinó <strong>la</strong> cabeza y <strong>la</strong> imagen del emperador desapareció de <strong>la</strong><br />

holopantal<strong>la</strong>.<br />

Sesenta minutos después Hari Seldon seguía sentado detrás de su escritorio<br />

esperando que el emperador se pusiera en contacto con él. La hora que acababa de<br />

transcurrir había sido una de <strong>la</strong>s más horribles y difíciles de toda su existencia, sólo<br />

superada por <strong>la</strong>s que siguieron a <strong>la</strong> destrucción de Dors. Lo que le estaba destrozando<br />

era ignorar lo ocurrido.<br />

Había dedicado su vida al conocimiento del futuro y del presente, e ignorar qué había<br />

sido de <strong>la</strong>s personas que más le importaban en el universo le resultaba insoportable.<br />

La holopantal<strong>la</strong> emitió un leve zumbido y Hari pulsó un botón. El rostro de Agis<br />

apareció en <strong>la</strong> holopantal<strong>la</strong>.<br />

-Hari... -dijo el emperador.<br />

En cuanto captó <strong>la</strong> tristeza que impregnaba su voz Hari supo que el emperador iba a<br />

darle ma<strong>la</strong>s noticias.<br />

-Mi hijo -dijo Hari.<br />

-Sí -murmuró el emperador-. Raych ha muerto a primera hora de <strong>la</strong> mañana durante el<br />

bombardeo de <strong>la</strong> Universidad de Santanni. Mis fuentes de información me han dicho que<br />

Raych sabía que el ataque era inminente, pero se negó a abandonar su puesto. Entre los<br />

rebeldes hay muchos estudiantes, y Raych creía que si se enteraban de que estaba allí<br />

no... Pero el odio se impuso a <strong>la</strong> razón.<br />

»La universidad es una universidad imperial, Hari. Los rebeldes están convencidos de<br />

que deben destruir todo lo que lleve <strong>la</strong> marca del Imperio antes de empezar <strong>la</strong><br />

reconstrucción. iEstúpidos! ¿Por qué...?

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