10. Hacia la Fundación
En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.
En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Demerzel contempló lo que el emperador acababa de dejar de<strong>la</strong>nte de él. Era un<br />
holograma magnífico, preciso y lleno de vida. Casi se podía oír al niño -de unos diez<br />
años- pronunciando <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras incluidas en el encabezamiento: «No quiero ver a un<br />
robot dirigiendo el Imperio.<br />
-Alteza, yo también lo he recibido -dijo Demerzel en voz baja.<br />
-¿Y quién más lo ha recibido?<br />
-Tengo <strong>la</strong> impresión de que se trata de un panfleto que está siendo distribuido por todo<br />
Trantor, Alteza.<br />
-Sí, ¿y ves a <strong>la</strong> persona a <strong>la</strong> que está mirando ese mocoso?<br />
-Cleón golpeó el holograma con un índice imperial- ¿No te parece que eres tú?<br />
-La semejanza es asombrosa, Alteza.<br />
-¿Me equivoco al suponer que el objetivo de este panfleto, como tú lo l<strong>la</strong>mas, es<br />
acusarte de ser un robot?<br />
-Parece que es lo que se pretende, Alteza.<br />
-E interrúmpeme si me equivoco, pero ¿acaso los robots no son esos legendarios seres<br />
humanos de hoja<strong>la</strong>ta de los que están repletos <strong>la</strong>s..., <strong>la</strong>s noveluchas de misterio y los<br />
cuentos infantiles?<br />
-Alteza, uno de los dogmas de los micogenitas es que los robots...<br />
-Los micogenitas y sus dogmas no me interesan lo más mínimo. ¿Por qué te acusan de<br />
ser un robot?<br />
-Seguro que se trata de una metáfora, Alteza. Quieren crear <strong>la</strong> imagen de que soy un<br />
hombre sin corazón, cuyas opiniones y actos no son más que los cálculos de una<br />
máquina desprovista de conciencia.<br />
-Eso es demasiado sutil, Demerzel. No soy idiota. -El emperador volvió a golpear el<br />
holograma con <strong>la</strong> punta de un dedo-. Quieren hacer creer a <strong>la</strong> gente que eres un robot.<br />
-Si <strong>la</strong> gente quiere creerlo no podemos hacer gran cosa para impedirlo, Alteza.<br />
-No podemos permitirlo. Va en detrimento de <strong>la</strong> dignidad de tu puesto. Peor aún, va en<br />
detrimento de mi propia dignidad... La implicación estriba en que he escogido como primer<br />
ministro a un hombre mecánico, y eso es algo que no se puede consentir. Veamos,<br />
Demerzel, ¿acaso no hay leyes que prohíben difamar a los funcionarios públicos del<br />
Imperio?<br />
-Sí, <strong>la</strong>s hay... y son bastante severas, Alteza. Su antigüedad se remonta a los tiempos<br />
de los grandes Códigos Legales de Aburamis.<br />
-Y difamar al emperador es un delito capital, ¿no?<br />
-Sí, Alteza, es un delito castigado con <strong>la</strong> muerte.<br />
-Bien, <strong>la</strong> difamación nos afecta a los dos..., el responsable de esto debería ser<br />
ejecutado de inmediato. Naturalmente, Joranum está detrás de todo, ¿no?<br />
-Indudablemente, Alteza, pero demostrarlo podría resultar bastante difícil.<br />
-¡Tonterías! iTengo pruebas más que suficientes! Quiero una ejecución.<br />
-Alteza, el problema radica en que <strong>la</strong>s leyes sobre difamación casi nunca han sido<br />
utilizadas y, desde luego, no en este siglo.<br />
-Ésa es <strong>la</strong> razón de que <strong>la</strong> sociedad se haya vuelto inestable y de que <strong>la</strong>s mismísimas<br />
raíces del Imperio estén siendo atacadas. Las leyes están en los códigos, así que<br />
utilíza<strong>la</strong>s.<br />
-Alteza, os ruego que reflexionéis -dijo Demezel-. Puede que no sea el curso de acción<br />
más prudente... Os haría quedar como un tirano y un déspota. El éxito de vuestro reinado<br />
se debe a <strong>la</strong> bondad y <strong>la</strong>...<br />
-Sí, y mira en qué situación me ha colocado. Quizá haya llegado el momento de<br />
cambiar de estilo, quizá deban temerme en vez de amarme.<br />
-Alteza, debo aconsejaros que no lo hagáis. Podría ser <strong>la</strong> chispa que provoque una<br />
rebelión.