24.06.2015 Views

10. Hacia la Fundación

En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.

En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

-¿Qué lealtad? -replicó Mejil<strong>la</strong>s Rojas-. Cuando Cleón fue asesinado vivimos-unos años<br />

sin tener emperador y a nadie pareció importarle, y este nuevo emperador no es más que<br />

una figura decorativa. No puede hacer nada, nadie puede hacer nada... Esto no es una<br />

crisis, esto es el fin.<br />

Los otros dos miraron a Mejil<strong>la</strong>s Rojas y fruncieron el ceño.<br />

-¡Estás realmente convencido! -exc<strong>la</strong>mó Calvo-. ¿Crees que el gobierno imperial se<br />

quedará cruzado de brazos sin hacer nada y dejará que ocurra?<br />

-iSí! No creen que vaya a ocurrir, igual que vosotros. No harán nada hasta que sea<br />

demasiado tarde.<br />

--¿Y qué se supone que deberían hacer si creyeran que esto es el fin? -preguntó Calvo.<br />

Mejil<strong>la</strong>s Rojas c<strong>la</strong>vó <strong>la</strong> mirada en el ga<strong>la</strong>ctógrafo como si pudiera encontrar una<br />

respuesta en <strong>la</strong> representación tridimensional que ofrecía.<br />

-No lo sé. Mirad, cuando yo muera, <strong>la</strong> situación aún no será demasiado ma<strong>la</strong>. Después<br />

irá empeorando, pero no pienso obsesionarme pensando en ello. Que se preocupen<br />

otros... Yo me habré ido, y los buenos tiempos también..., puede que para siempre. Por<br />

cierto, no soy el único que piensa así. ¿Habéis oído hab<strong>la</strong>r de alguien l<strong>la</strong>mado Hari<br />

Seldon?<br />

-C<strong>la</strong>ro -se apresuró a decir Nariz Ganchuda-. Fue primer ministro durante el reinado de<br />

Cleón, ¿no?<br />

-Si -dijo Mejil<strong>la</strong>s Rojas-. Es científico, y hace meses asistí a una conferencia suya. Me<br />

alegró saber que no soy el único que cree que el Imperio se está desmoronando. Seldon<br />

dijo...<br />

-¿Dijo que todo se está yendo al cuerno y que se aproxima una edad oscura que no<br />

tendrá fin? -le interrumpió Calvo.<br />

-Bueno..., no -replicó Mejil<strong>la</strong>s Rojas-. Es un tipo muy cauteloso, ¿sabéis? Dijo que<br />

podría ocurrir, pero se equivoca. Ocurrirá.<br />

Seldon ya había oído bastante. Fue cojeando hacia <strong>la</strong> mesa que ocupaban los tres<br />

hombres y puso una mano sobre el hombro de Mejil<strong>la</strong>s Rojas.<br />

-Señor -dijo-, ¿puedo hab<strong>la</strong>r un momento con usted?<br />

Mejil<strong>la</strong>s Rojas dio un respingo y alzó <strong>la</strong> mirada.<br />

-Eh, usted es el profesor Seldon, ¿no? -dijo.<br />

-Siempre lo he sido -dijo Seldon, y le entregó una tarjeta de referencia con su<br />

fotografía-. Me gustaría que fuera a mi despacho de <strong>la</strong> biblioteca pasado mañana a <strong>la</strong>s<br />

cuatro de <strong>la</strong> tarde. ¿Le será posible ir?<br />

-Tengo que trabajar.<br />

-Si no hay otra forma de arreg<strong>la</strong>rlo diga que está enfermo. Es muy importante.<br />

-Bueno, señor, no estoy seguro de si...<br />

-Hágalo -dijo Seldon-. Si eso le crea alguna c<strong>la</strong>se de problema yo me encargaré de<br />

resolverlo. Mientras tanto, caballeros, ¿les importa que estudie <strong>la</strong> simu<strong>la</strong>ción de <strong>la</strong> ga<strong>la</strong>xia<br />

durante un momento? Hace mucho tiempo que no veo una.<br />

Los tres asintieron en silencio, aparentemente muy impresionados ante <strong>la</strong> proximidad<br />

de alguien que había sido primer ministro. Los tres hombres fueron retrocediendo uno a<br />

uno para permitir que Seldon tuviera acceso a los controles del ga<strong>la</strong>ctógrafo.<br />

Seldon a<strong>la</strong>rgó un dedo hacia los controles y el color rojo que indicaba los contornos de<br />

<strong>la</strong> provincia de Anacreonte se esfumó. La ga<strong>la</strong>xia recobró su apariencia original y volvió a<br />

convertirse en un torbellino de nieb<strong>la</strong> cuya luminosidad aumentaba poco a poco hasta<br />

crear <strong>la</strong> esfera resp<strong>la</strong>ndeciente del centro, detrás del que se extendía el agujero negro de<br />

<strong>la</strong> ga<strong>la</strong>xia.<br />

Las estrel<strong>la</strong>s no podían distinguirse a menos que se aumentara el tamaño de <strong>la</strong><br />

simu<strong>la</strong>ción, pero en ese caso <strong>la</strong> pantal<strong>la</strong> sólo mostraría una parte de <strong>la</strong> ga<strong>la</strong>xia y Seldon<br />

quería ver<strong>la</strong> entera: quería echar un vistazo al Imperio que se estaba desvaneciendo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!