24.06.2015 Views

10. Hacia la Fundación

En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.

En Hacia la Fundación, Isaac Asimov continúa narrando la biografía de Hari Seldon, que empezó a relatar en Preludio a la Fundación. El libro comienza en Trántor, la capital del Imperio Galáctico, 8 años después de los sucesos ocurridos en Preludio a la Fundación. En esta novela se muestra como Seldon desarrolló su teoría de la psicohistoria desde el concepto hipotético hasta una aplicación práctica a los sucesos del Imperio Galáctico.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

-Espero que no le importe, pero no quiero que vuelva a repetirse. Los elementos<br />

psicohistóricos han de ser descritos de una forma funcional, no personal. En cuanto<br />

empiezan a intervenir <strong>la</strong>s individualidades no tardan en surgir <strong>la</strong>s disensiones y los<br />

problemas.<br />

-Lo entiendo y estoy totalmente de acuerdo con usted, maestro.<br />

-De hecho -dijo Seldon sintiendo una leve punzada de culpabilidad-, siempre me ha<br />

parecido mal que hablemos de <strong>la</strong>s Ecuaciones Básicas Seldon de <strong>la</strong> Psicohistoria. El<br />

problema estriba en que se <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>ma así desde hace tantos años que no resultaría<br />

práctico cambiarles el nombre.<br />

-Maestro, si me permite decirlo, usted es un caso excepcional. Creo que nadie podría<br />

poner reparos a que se le atribuya todo el mérito de <strong>la</strong> ciencia de <strong>la</strong> psicohistoria..., pero si<br />

me lo permite querría volver a su entrevista con el general Tennar.<br />

-Bien, ¿qué más tiene que decir sobre eso?<br />

-No puedo evitar preguntarme si sería mejor que no le viera, que no hab<strong>la</strong>se con él y<br />

que no tuviera ninguna c<strong>la</strong>se de tratos con el general.<br />

-¿Cómo voy a hacerlo si ha solicitado una entrevista conmigo?<br />

-Quizá podría decir que está enfermo y enviar a alguien en su lugar.<br />

-¿A quién?<br />

E<strong>la</strong>r no dijo nada, pero su silencio no podía ser más elocuente.<br />

-Supongo que a usted, ¿no?<br />

-¿No cree que sería lo más adecuado? Soy ciudadano del mismo sector que el general,<br />

lo cual quizá tuviera algún peso. Usted es un hombre ocupado y algo mayor, y no les<br />

costaría mucho creer que no se encuentra demasiado bien de salud. Si voy en su lugar, y<br />

le ruego que disculpe lo que le voy a decir, maestro... Bien, quizá consiga manipu<strong>la</strong>rle<br />

mejor de lo que lo haría usted.<br />

-Quiere decir que mentirá.<br />

-Si llega a ser necesario...<br />

-Correrá un gran riesgo.<br />

-No demasiado grande. Dudo que ordene mi ejecución. Si acabo haciéndole perder <strong>la</strong><br />

paciencia, cosa que puede ocurrir, podré alegar mi juventud y mi inexperiencia, o usted<br />

podrá alegar<strong>la</strong>s en mi nombre. En cualquier caso, si me meto en un lío el peligro será<br />

mucho menor que si fuese usted quien tuviera problemas con el general. Sólo pienso en<br />

el proyecto, que puede prescindir de mí mucho más fácilmente que de usted.<br />

Seldon frunció el ceño.<br />

-No pienso esconderme detrás de usted, E<strong>la</strong>r. Si ese hombre quiere verme me verá.<br />

Me niego a temb<strong>la</strong>r de miedo y a pedirle que se enfrente al peligro por mí. ¿Qué cree que<br />

soy?<br />

-Un hombre honrado y sincero..., cuando <strong>la</strong> situación actual exige un hombre sutil y que<br />

sepa mentir.<br />

-Si no hay más remedio le aseguro que sabré serlo. Le ruego que no me subestime,<br />

E<strong>la</strong>r.<br />

E<strong>la</strong>r se dio por vencido.<br />

-Muy bien -dijo encogiéndose de hombros-. He hecho cuanto podía para intentar<br />

convencerle.<br />

-De hecho, E<strong>la</strong>r, me gustaría que no hubiese retrasado <strong>la</strong> entrevista. Preferiría<br />

perderme el cumpleaños y ver al general antes que a <strong>la</strong> inversa. Todo este asunto de <strong>la</strong><br />

celebración no ha sido idea mía -murmuró Seldon, y acabó <strong>la</strong>nzando un gruñido.<br />

-Lo siento -dijo E<strong>la</strong>r.<br />

-Bueno -añadió Seldon poniendo cara de resignación-, ya veremos qué ocurre.<br />

Giró sobre sí mismo y se marchó. A veces deseaba con todas sus fuerzas que su<br />

pa<strong>la</strong>bra fuese ley y que todo el mundo cumpliese sus órdenes sin posibilidad de discusión,<br />

pero crear ese tipo de organización exigiría una cantidad de tiempo y de esfuerzos

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!