<strong>Observatorio</strong> <strong>del</strong> <strong>Caribe</strong>, Número 2, Año I, Otoño <strong>Sur</strong> <strong>2010</strong><strong>Caribe</strong>: Resignificación&SentidoPolítica Doméstica y Sociedad.Haití: Crisis Política, ReformaConstitucional y FraudeElectoral.by Laura LoureiroEstudiante de Relaciones Internacionales,Universidad <strong>del</strong> Salvador.(Buenos Aires, Argentina)lloureiro@caei.com.arby Florencia LardoEstudiante de Relaciones InternacionalesUniversidad <strong>del</strong> Salvador(Buenos Aires, Argentina)Cita sugerida: Laura Loureiro y Florencia Lardo, “Haití:Crisis Política, Reforma Constitucional y FraudeElectoral”, <strong>Observatorio</strong> <strong>del</strong> <strong>Caribe</strong>, Número 2, <strong>CAEI</strong>,Otoño <strong>Sur</strong>, <strong>2010</strong>IntroducciónLa República de Haití goza de un régimen republicano presidencialista con una división tripartita depoderes. El poder ejecutivo se encuentra encabezado por un presidente elegido por el voto directo yuniversal de una mayoría absoluta; el poder legislativo, por su parte, posee un sistema bicameralcompuesto por la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores las cuales, reunidas, constituyen laAsamblea Nacional; y finalmente, se halla el poder judicial.A pesar de esta aparente distribución equitativa <strong>del</strong> poder y <strong>del</strong> presunto universalismo <strong>del</strong> sufragio, Haitícontinúa siendo una democracia extremadamente frágil donde el autoritarismo y la inestabilidad políticaparecen haberse convertido en la norma. Sumido en uno de los más altos niveles de corrupción <strong>del</strong>continente, el actual régimen político de la República haitiana es fuertemente cuestionado, y ya no sólo porsu mismísima población, sino también por la comunidad internacional en su conjunto.La historia política de Haití está fundada sobre la base de numerosos y reiterados ciclos de ruptura, loscuales han impedido la formación de estructuras democráticas estables. Paradójicamente, a pesar de habersido el primer país en América Latina, y el segundo <strong>del</strong> continente americano, en proclamar suindependencia el 1 de enero de 1804, su organización económica, política y social presenta altos índices deinestabilidad, y la democracia y libertad electoral establecidas en su Constitución distan de ser derechosabarcativos y equitativos, para formar parte <strong>del</strong> patrimonio exclusivo de una elite minoritaria.Una demostración palpable de la inestabilidad en la que se encuentra inmerso el país es el innumerablecaudal de Constituciones (un total de 23) que han sido promulgadas a lo largo de su historia.La primera de ellas, establecida durante el gobierno de Toussaint L'Ouverture, líder de las fuerzasTodos los derechos reservados. - Pág. 50
<strong>Observatorio</strong> <strong>del</strong> <strong>Caribe</strong>, Número 2, Año I, Otoño <strong>Sur</strong> <strong>2010</strong>revolucionarias, tuvo lugar en el año 1801, y a ésta sucedieron las constituciones de 1804, 1805, 1806,1807, 1811, 1816, 1843, 1849, 1874, 1879, 1889, 1902, 1918, 1932, 1935, 1946, 1950, 1957, 1964, 1971,1983 y 1987. Es esta última Constitución la que se encuentra vigente actualmente y la que, luego deveintinueve años de dictadura duvalierista en Haití, estableció como forma de gobierno una “Repúblicaindivisible, soberana, independiente, cooperativista, libre, democrática y social". Basada en lasconstituciones de Estados Unidos y de Francia, la Constitución haitiana de 1987 fue reinstaurada porcompleto en 1994, luego de haber sido suspendida durante algunos años.De acuerdo con la actual Constitución haitiana, el período <strong>del</strong> mandato presidencial es de cinco años,debiendo éste iniciarse y culminar el 7 de febrero siguiente a la fecha de las elecciones; elecciones quedeben celebrarse el último domingo de noviembre, en el quinto año <strong>del</strong> mandato presidencial. LaConstitución establece, además, que un mismo individuo no puede ejercer más de dos mandatos y queéstos no pueden ser consecutivos. En el caso de quedar vacante la Presidencia, la investidura recaerá en elPresidente de la Corte Suprema, quien será investido por la Asamblea Nacional, debidamente convocadapor el Primer Ministro.Préval había ganado sus primeras elecciones (1996-2001) con el 88% de los votos y una abstención <strong>del</strong>75%. Contaba entonces con el apoyo de su mentor, Jean-Bertrand Aristide. Cuando volvió a presentarse en2006, sin el apoyo de éste, venció sólo con el 48%. En teoría, Préval debería haber concurrido a unasegunda vuelta, pero el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, abogó por que se le adjudicase lavictoria para evitar una ola de violencia y el gasto de otras elecciones. Fue así que el 16 de febrero,después de un acuerdo entre el gobierno interino y la Comisión Electoral y en medio de fuertes acusacionesde fraude electoral, fue declarado ganador. Finalmente, en mayo de ese mismo año asumió la presidencia.El objetivo primero de dichas elecciones, organizadas y vigiladas por Naciones Unidas, fue el de sustituir algobierno transitorio <strong>del</strong> presidente Boniface Alexandre y su Primer Ministro, Gerard Latortue, quienesobtuvieron sus respectivos cargos luego <strong>del</strong> derrocamiento de Jean-Bertrand Aristide, producto de un golpede Estado en 2004.Reforma ConstitucionalLa reciente aprobación por parte <strong>del</strong> Parlamento haitiano de un nuevo proyecto de ley que autoriza alpresidente René Préval a permanecer en el poder hasta el 14 de mayo de 2011, en caso de que no serealizaran las elecciones presidenciales previstas para finales <strong>del</strong> mes de noviembre <strong>del</strong> corriente año, fueel detonante de la crisis política. Según lo establecido en la Constitución haitiana, dichas eleccionesdeberían permitir que un nuevo mandatario asuma la presidencia el próximo 7 de febrero de 2011. En casocontrario, la Constitución prevé la conformación de un gobierno transitorio, dirigido por el presidente de laCorte Suprema, bajo quien recaería la responsabilidad de organizar las elecciones entre los 45 y 90 díasposteriores a la instauración de dicho gobierno interino. No obstante, Préval no ha querido nombrar demanera oficial ni al presidente de la Corte suprema de Haití, ni a los diferentes miembros <strong>del</strong> Consejosuperior <strong>del</strong> poder judicial, lo cual reaviva la polémica entre los opositores al régimen.En caso de que no se realicen las elecciones previstas para este año, debido a las condiciones en las quese encuentra el país tras el terremoto de enero, Préval puede extender su mandato por tres meses hastamayo de 2011. La medida alcanza también a los parlamentarios.Si bien el mandatario señaló que “no voy a prorrogar mi mandato y el Gobierno tomará las disposicionespara que se realicen las elecciones”, las voces en su contra no tardaron en hacerse oír. Los manifestantespidieron a Préval que las elecciones se efectúen, como estaba programado, el próximo noviembre. Sinembargo, hay quienes consideran que el país aún no está preparado para realizar dichas elecciones entiempo y forma. Las graves secuelas <strong>del</strong> terremoto han dejado pendiente la actualización <strong>del</strong> padrónelectoral (reducido por las decenas de miles de fallecidos), la infraestructura requerida no es suficiente y, noTodos los derechos reservados. - Pág. 51
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