12.07.2015 Views

Mayo Nº 78 - Biblioteca Virtual El Dorado

Mayo Nº 78 - Biblioteca Virtual El Dorado

Mayo Nº 78 - Biblioteca Virtual El Dorado

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

perar que el río diera vado seguro y que, confiados en la fuerza y destrezade sus cabalgaduras, Se dispusieran a cruzar las aguas turbulentas Ycasi bermejas por el lodo qUe el desborde fluvial arrancara a las riberas_Fue el primero en lanzar su cabalgadura al río., a fuer de baquiano,el gobernador Patiño. Muy cerca le siguió el coronel Fábrega, luego eldoctor Alfaro y de último el policía. Los equinos salvaron con pasos lentosel tramo lodosc que conducía al río. Las cabezas alzadas, los belfosaspirando el aire en ansioso respiro, los corceles buscaron a grandes m:1-notadas la orila opuesta, la que ganaron en un breve y coordinado forcejeode patas delanteras y traseras.No tuvo igual logro el jamelgo del polieía. La eorriente impetuosa lollevó a la deriva con su jinete. Pero su destreza se sobrepuso a su pequeñezy al fin ganó la orila con su carga humana, buen trecho abajo delpunto que habían aleanzado sus compañeros.Los comisionados entraron a Antón con sus ropas uniformadas delodo. Resultaba imposíble descubrir el color original de éstas.Por largas ho.ras en Antón se comentó la aventura del doctor Alfaroy sus acompañantes y era corolario imprescindible de los comentarios queya era impostergable la construcción de carreteras que hicieran segui'slos viajes de la capital a las provincias centrales. Ya el doctor Porras planeabaen firme la unión de nuestros pueblos por caminos modernos.Era yo. entonces director de la escuela de Antón y tanto a mí comoal resto del personal docente nos pareció de perlas preparar un acto cul--tural en honor de los visitantes. FUe feliz coincidencia tener entre nosotrosesos dias al inspector de instrucción pública del sector norte de Coclé,el consagrado educador y entonces historiador en cierne, Ernesto .J.Castilero, quien alentó con entusiasmo nuestro proyecto, <strong>El</strong> acto ioerealizó con números muy am.8nos, en los qUe participaron las más bellasmozas antoneras, hoy dedicadas a mimar nietos.Tres o cuatro días duró la visita àel doctor Alfaro y el coronel Fábrega,tmnscurridos los cuales, fueron a Puerto Obaldía a tomar de nuevola Ligia <strong>El</strong>ena que, echada en los pantanos de la orila, esperaba pacientementeel regreso de tripulantes y pasajeros.Años después, me tocó ver al doctor Ricardo J. Alfaro lucir sus prestigiosde internaeionalista y su eonocimiento del españoi y el inglés, idiomasque usó según los imperativos de las circunstancias, en el CongresoBolivariano de 1926. Las reuniones se celebraron en el Aula Máxima delInstituto Nacional, ante numeroso y selecto público.Al contemplar all al doctor Alfaro, nítidamente vestido de blanco,centro obligado de los prohombres americanos que concurrieron al grancónclave, no pude menos que recordarlo entrando a Antón con sus acom,.pañantes, cubierto de lodo, mas con la misma sonrisa optimista y simpáticaque ahora lucía en un medio antítesis del evocado por mi en laocasión.LOTERIA 49

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!