der y adie:;tl'ar:;e Y de hallar la verdad por su:; propios rnedios, perü ledominará el sentimiento de protesta por la injusticia en que supone Rele tiene restringido, le arrastrará el impulso de rebeldía contra los poderesque le cierran el paso a lo que éi piensa son sus fines últimos. Si noó:e entienèe esta diferencia, no se podrá entender nada de la universid,idlatinoamericana actual, ni tampoco las de la India, Asia Menor, Africa¡,;eptentrional. etc<strong>El</strong>lo no:; conduce a una afirmación muy importante: hay un tipo deuniversidad de pai:; en plenitud de su desarrollo material; y hay un tipode universidad de país mal desarrollado materialmente. donde la pobrezaconstituye la atmósfera en que se m~ieven las ideas. los hombre:; Ysus hechos.De un cemo de estudiantes de la Universidad de San Marco:;, lea"!izado en 1958, se obtiene como resuitado que el promedio de ellos vivei;stenido por sus padres o por un empleo, y que lo uno o lo otro le proporcionaalrededor de veinticinco dólares por mes, incluyendo en esta:;uma el pago de alojamiento, comida, vestido, diversiones y ensenanz;l.La situación de los estudiantes de Méxieo no es mucho mejor. Quizá lo:;ca la de los de Argentina en cuanto a alimentación y traje, por las peculiaridadesdel país. En Bolivia y Ecuador, las circunstancia:; aflgen.Igual ocurre en Guatemala y Honduras. Considerar a este tipo de esta..di ante dentro de los cánones de las universidades norteamericanass nopa:;a de un craso error.Por eso, el profesor Stephen Duggan, en su libro The Two -\mericas(1933) advertía, como una de las diferencias esenciales entre el estudiantenorteamericano y el latínoamericano, la neutralidad de aquél en elterreno político y la beligerancia extrema de éste en el mismo. Sólo que.llegada la hora del crash, cuando se derrumbó la prosperidad de la primerapostguerra, los estudiantes latinoamericanos no fueron de los másazotados por la miseria, ya que tenían una dramática preparación paraìa vida, mientras que las largas filas de desocupados en Norteamérica dejabanver crecido número de "graduados" que no hallaban modo de defendersedel desastre. Tal hecho ha movido a algunos educadores a revisarsus conceptos acerca de la especialización excesiva.Nuestros médicos tienen que ser aún muy médecin général, a lo Jrancés,por la falta de facildades y salarios adecuados. Los sistemas de en.senanza uitraespecializada traen como fruto a menudo la constitució!ide grupos cerrados, cuyos servicios escapan al alcance de la gente decondición económica mediana. Al mismo tiempo se presenta un problemade tipo social, ya que chocan las exigencias de la nación con las posibilidadestécnicas del instituto.La proporción de estudiantes universitarios en Aniél'ÎCa Latina, me.nos de 2 por mil mientras que en los Estados Unídos es un poco meno:;de 2 por ciento (o sea diez veces más), basta para demostrar que tenemosdeficiencia de profesionales. De otro modo, habría que considerar a EstadosUnidos, superprofesiona!izados, lo que no es exacto.Si la proporción deseable de médicos en un pais es de uno por miL.y la de obstetríces y enfermeros de proporciones parecidas. tenemos queen América Latina hay alrededor de un médico por cada tres mil habiIOTERIA !B
tantes, o sea un tercio de la tasa normaL. POI' tanto debemos aumentarnuestro número de médicos, obstetrices y enfermeros para satisfacer lasnecesidades de los pueblos. Pero. si se hace rti;.. resulta qUe desmejorala enseñanza o aumenta el pauperismo profesionaL. Por tanto, sc debeencontrar a través de la uníversidad y con la ayuda de la comunídad ydel Estado, una fórmula que permita satisfacer la necesidad nacional ysocial de profesionales, respetar la vocación individual y mantenerse dentrode las posibildades institucionales correspondientes. Insisto; vocaciónindividual, posibildad institucional y necesidad nacional y social ,;onlos pies de un tripode sobre el cual descansa la ensefianza profesional, loslados de un triángulo equilátel'O, el triángulo de la competencia tecnificada.Las universidades latinoamericanas contienen por lo común las facultadesciásicas: humanidades, derecho, medicina, ciencias económicas,ciencias físicas y matemáticas, a las Que se agregan educación, farmacia,odontología, química industrial y medicina veterinaria. Este cuadro :"eve hoy roto por numerosas nuevas actividades tales como geología, geografía,oceanografía. zootecnia, enfermería, obstetricia, física nuclea,',medicina preventiva o salud pública, admini~tración pública y de negocios.Desde luego. ingenieria y agricultura. Hay un país donde las ìacultades de ingeniería y agronomía se han convertido en universidadesaparte, considerando las divisiones o departamentos de especialidades,como facultades aparte. Tal país es el Perú. Sólo hay otro lugar, en laEuropa Meridional, donde haya ocurrido algo semejante. Por lo comÚningeniería forma parte de lalacultad de ciencias, o constituye U'.ia facultadespecial dentro de la respectiva universidad. V,i facultad de eieílciassociales comprende en algunos lugares a la de dereeho y sociologia.Las diferencias de matices son considerables. Pero, se deja sentir algoevidente: la urgencia de actualizar algunos estudios, imprlmiendo a lasuniversidades un rumbo más de acuerdo con las necesidades del día, '~onlos intereses actuales. Por eso es frecuente la transformación de las Ïacuitades¿e derecho en conjunto de institutos especializados de derechointernacional, derecho minern, derecho público, derecho privado, ete.He recorrido en veintitrés años de obligada vagancia un número deuniversidades latinoamericanas, en alguna de las cuales he ejercido elmagisterio o la investigación por algún tiempo. por ejemplo: Puerto Hieo,Chile, Guatemala, Argentina, México, Cuba, Ecuador, Panamá. Hetenido el privilegio de ser Rector de mi propia universidad en dos oportunidades:de lS4.6 a 1948 y ahora, desde mayo de 1961; me refiero a lade San Marcos, de Lima. Me ha tocado ser Drofesor en dos oportunidadesde Columbia University; y he sido profesor visitante de la Univer3idadde Pari~, la gloriosa Sortonne, de Francia. He sido cofundador dela Unión de Universidades Latinoamericanas y tomado parte en el :'ecienteComité de la OEA sobre la educación superior, en Washington.Todas estas experiencias me han permitido escribir un libro, que esperorefrescar ahora (L.a Universidad latinoamericana) y comparar experimentalmentelos distintos programas de enseñanza y sus resultados.Creo, a través de ello, y como se desprende de lo anterior, que 1:1problemática de las universidades latinoamericanas se reduce, en nuestrosdías, a lo siguiente; 1) necesidad de facildades físicas en la formade construccíones y equipamtento; 2) relación íntima y proporcionada~)4 LQTERIA
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