<strong>El</strong> ratón, adentro, seguía hablando y hablando dicíéndome que regresara,que no le tuviera miedo, qUe deseab1a conversar conmígo.Hablaba de su tremenda responsabildad para con los lectores y desu deseo de explicarme ciertas cosas. Pero yo ní por pienso íntentabaacercármele. Y seguía hacíéndome la señal de la Cruz al revés y al derechoy tratando recordar la última vez qUe iiegué tarde a casa.De pronto escuché que dijo no sé que cosa de José María Pemán, deCurcío Mlalaparte. de Carolina Invernizio. Del Materialismo Histórico Yde su aprecio por ciertos escritores latinoamericanos. Escuchándolo hablarde esta manera pensé: "Qué bien habla este ratón! CÓmo son declaros sus razonamientos! Si hasta se expresa con más precisión quemuchas personas a quienes conozco. Y no sé por qué mágico conjuro,poco a poco, sin darme cuenta, se me fue quitanto el miedo hasta el extremode que tomé una decisión: Esta ocasión no me la pierdo. A esteratón hay que escucharlo. Este es todo un señor ratón parlante!De todas maneras, pensé, vale la pena ser el primer mortal que dialogacon un ente irrazonable.Lentamente fuí abriendo de nuevo la puerta por donde minutos anteshabía salido cual alma perseguida por el Diablo y me encontré frente afrente con mí dialéctico roedor.Lo miré y me quedé asombrado. Era un ratón nada más. . - nada menos.Pero con todo yeso, diferente. No era gris. No era blanco ni negro.No se parecía al Ratón Pérez de la Cucarachita Mandinga. Tampocoera el "bodeguero" común y corriente. No se parecía al Micky Mousearistocrático de las películas de Hollywood. Era más bien mediano detamaño. Mas tenía una "cosa" en especial (y de eso me recuerdo bien)la mirada: una mirada profunda e inteligente: mirada de lector experimentado.Entonces me dí cuenta: lo reconocí y me dije: Qué torpe he sido!Cómo no me había enterado! Si este es un ratón de biblioteca.. -! Estees un ratón intelectual. . . !Se paró sobre sus patitas traseras, puso las otras en alto y me dijo:-Escucha: no tienes por qué alarmarte. No debes disgustarte, puesno he causado daño alguno. Muy por lo contrario, te he servido bieny te lo demostraré, si tienes la paciencia de escucharme.-Sé que eres alérgico al silencio; que te gusta hablar mucho, queno cedes la palabra a nadie pero, por tu propio bien, escúchame.Emocionado le contesté:-Habla, ya que Dios te ha concedido este especialísimo don. Explícate,pero hazlo eloeuentemente. qUe eso me agrada!Entonces continuó:._-Yo solamente hago labor de limpieza literaria en las libreras. Soyuna especie de pOlicía intelectual de biblioteca. Sabrás, me dijo, que lalectUra a igual que la comida, hay que saber escogerla. Tenemos queaprender a seleccionar nuestro menú literario pues en ello nos va la vida.Hay platos fuertes, algunos demasiado cargados que nos dañan el estómago,asi mismo hay libros malos, peligrosos y pésimamente escritos quetrastornan nuestro modo de pensar. No hay contra ellos ni el recurso deun buen digestivo.-Mi misión pues, es destruirlos por dañinos y perniciosos.. Notarásque los buenos o los que valen de verdad los respeto y hasta los rec;)-miendo. Tienes por all una recopilación de las obras de Ortega y Gasset.Incapaz yo de meterme con tan ilustre y positivo pensador!
-La:: biografías de Miguel Angel, San Agustín, el Dante, Sthendal,Napoleón; las obras fiosóficas de Haegel, más bien las protegí deotros enemigos del papel como las cucarachas. Al mismo viejo CarlosMarx, a pesar de que por estos climas no es muy querido, lo respeté; primeroporque está en actualidad y seg'undo porque sus planteamientossocio-económicos nos atañen inucho a nosotros los ratones.-También te dispensé un par de cuentos nacionales, por ejemploaquel titulado "Los Relojes de Don Rodrigo" escrito por el licenciadoAdolfo Benedetti, en el cual el relojero entra en la pre-muerte y regresadespués tranquilamente a la vida.-Sé que tienes algunas crónicas guardadas del conocido escritor,señor Gil BIas Tejeira y otras del novelista Ramón H. Jurado. No hetenido tiempo de leer las pues pensaba hacerlo mañana. De todas manerasse salvaron.-Te confieso que hice un sandwich de una obra de Jean Paul Sartrey una novelita Rosa. A Frank Cafka le entré a dentellada limpia. Tambiéntenía por all un par de libritos de un señor bastante mayor, panameño,muy polémico en su tiempo, y cuya actitud de ahora, extremadamentesilenciosa, me tiene muy sorprendido; a esas las roí; mejor dicholas molí, porque no te convenía conservarlas.-En el cajón más chico, donde guardas los escritos de Arciniegas,Araquistain, Casona, Sender, etc., como es de madera, por más que bus--qué un hueco para introducirle, ni síquiera PUde entrar. Alégrate!-Ví la Biblia. Me encontré con Turguenef, con mi viejo amigo Papini;saboreé a Dostoyewski: ni tan siquiera se me ocurriÓ molestarlo,S,Dime, pues de qué te quejas? Acaso por que le quité unas cuantas páginasa Wiliam Faulkner, otras a I-emmingway y le dí uno que otromordísco al "Sueño de una Noche de Verano" de Shakespeare..? Admitoque no estuvo bien lo de "<strong>El</strong> Viejo y el Mar" ni tampoco que me comierael "Otelo". Perdóname! Pero me repugnan los sYagos, los Rodrigosy los maridos estúpidamente celosos. A veces, hasta a los más justoscensores se les pasa la mano de vez en cuando. Después de todo, te helibrado de unas pocas libras de mal papel, acabé eon una serie de artículoshorribles, que no sé por qué los guardabas y suprimí de tu bibliotecaunas diez mil palabras inútiles e inoficio;3as. Con el tiempo te habríancausado muchas molestias.Después de escuchar tan prolongado como enjundioso y critico dis'curso literario, le pregunté:-y ahora qué?Y me contestó: ahora, nada. Yo me voy.Y, guiñándome un ojo, salió sin mirar para atrás, regresando pordonde había llegado, como si nada hub:iere ocurrido.Me quedé con la oración entre los labios. Sentí una profunda admiraciónpor el intelectual ratón. Abrí la puerta para aspirar un poco deaire fresco. Cuando salí lo vi que cruzaba tranquilamente por la calley pensé:-Quién sabe cuál otra biblioteca irá a censurar _ _ . !Al día siguiente, temprano recogí mis libros viejos; boté las migajasescritas que quedaban y los llevé a otro lado. Después de todo, pensé,no es muy conveniente que le digan a uno quées lo que tiene que leery mucho menos si quien se lo dice es un ratón.Tengo varios días de estar buscando una obra de Nietsche titUlada"<strong>El</strong> Anticristo" y no la puedo encontrar.Me pregunto: Se la habrá llevado?54 LOTERIA
- Page 2 and 3:
LOTERIA NACIONAL DE BENEFICENCIAJUN
- Page 4 and 5:
~L;O¡(iANO DI! I.A LOTERlA NACIONA
- Page 6:
PtJÚl.:'4.-~/, (9raciölZ de /a 0n
- Page 9:
en qué trabajar, y a las mujeres,
- Page 12 and 13:
tricta. sino de la caridad. La expr
- Page 14 and 15:
Seguidamente, el Papa dirigió un b
- Page 16 and 17:
"'Al verlo en la ~loria de los alta
- Page 18 and 19: ..S~fuJo a fa& (;nlermel'ad paname
- Page 21: tica explicativa por parte mía aco
- Page 24: Secuela de lo ya historiado, pero f
- Page 27 and 28: lema es lamentable, ya que desde é
- Page 29: Además de las obras cítadas en la
- Page 32 and 33: No estamos de acuerdo con el señor
- Page 35 and 36: Esta ediciónXVes máscondescendien
- Page 37: ta de la enseñanza de la Gramátic
- Page 40 and 41: siado jóvenes al colegio o univers
- Page 42 and 43: Indudablemente, La Doctrina Grama.t
- Page 44 and 45: infanties y pulirlas, cual fragua d
- Page 46 and 47: on sus actividades educativas, qued
- Page 49 and 50: La curiosidad se puso alerta al arr
- Page 51 and 52: lOTERIA NACION~PA.NAMA, REFSORTE()
- Page 53 and 54: Modelo\del Recibo que se entregará
- Page 55 and 56: L/'Det ~/Sucesos y Cosas de Antaño
- Page 57 and 58: Hizo así 300 prisíoneros y el bot
- Page 59 and 60: .4~-:CER V i\NTES, AS'I~RON AUT APo
- Page 61 and 62: pacio de tiempo como ha qUe está a
- Page 63: "-Decidme Sancho; ¿viste allá ent
- Page 66 and 67: El comandante Alberto Barreras, ex-
- Page 70 and 71: '1~úI ~~:¿QUISO BOUV AR VENDER Et
- Page 72 and 73: ~ L4i/:AR TE',UTILITAR.i-ØPor: MOI
- Page 74 and 75: (lfl/:rOBLAeION DE LA. REPUBLICA. i
- Page 76 and 77: 1)~ 'l~.'INSTITUTO PANAMERICANO DE
- Page 78 and 79: ~i4 ~4:En la CLXVI ConsagrtUión de
- Page 80 and 81: 5ufl "La Universidad en la América
- Page 82 and 83: Cuando se piensa en estos aspectos
- Page 84 and 85: Es entonces cuando se produce la Pr
- Page 86 and 87: c:onal ampliadas. Al leer ,ihora li
- Page 88 and 89: go de Augusto Compte e inspirador i
- Page 90 and 91: cuinienzü de una era de profundas
- Page 92 and 93: El movimiento tuvo episodios heroic
- Page 94 and 95: El desencadenamiento de una nUtva d
- Page 96 and 97: tinuamericanas, por eso, la instruc
- Page 98 and 99: der y adie:;tl'ar:;e Y de hallar la
- Page 100 and 101: entre la educación secundaria y la