EN-La Psicologia De Objetos Cotidianos
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
EL CONOCIMI<strong>EN</strong>TO <strong>EN</strong> LA CABEZA J' <strong>EN</strong> EL MUNDO 97<br />
lleve el sábado siguiente a las 15.30 horas. Ahora el conocimiento se halla<br />
en la cabeza, pero, ¿cómo va uno a recordarlo a la hora necesaria? Necesitará<br />
algo que se lo recuerde. Existen muchas estrategias para recordar.<br />
Una consiste sencillamente en mantener la información en la cabeza. Si<br />
se trata de algo lo bastante importante, puede uno contar con que le<br />
vendrá a la cabeza reiteradas veces —lo que los psicólogos califican de<br />
ensayo—, de forma que puede uno limitarse a suponer que no habrá<br />
ninguna dificultad para recordar cuándo tiene que salir el sábado. Puede<br />
mantener la información en la cabeza, especialmente cuando se trata de<br />
algo de gran importancia personal: por ejemplo, que alguien toma el avión<br />
para hacer el primer viaje de su vida a París. No le costará ningún trabajo<br />
recordarlo. Pero, por lo general, el mantener el conocimiento en la cabeza<br />
no es una buena técnica para recordar.<br />
Supongamos que se trata de algo que no tiene importancia personal,<br />
para lo que faltan varios días, y que lleva uno una vida muy ocupada.<br />
Entonces, es mejor traspasar parte de la carga del recuerdo al mundo<br />
externo. En esos casos es cuando se utilizan notas, o agendas de bolsillo<br />
o de mesa, o relojes electrónicos cuya alarma se puede poner para el día<br />
y la fecha. O puede uno pedirle a un amigo que se lo recuerde. Quienes<br />
tienen secretarias traspasan la carga a éstas. Ellas, a su vez, redactan<br />
notas, apuntan el caso en agendas o ponen una alarma en el ordenador<br />
(si está lo bastante bien diseñado como para que puedan imaginarse la<br />
forma de hacerlo). Un buen método de recordatorio consiste en atribuir<br />
la carga a la propia cosa. ¿Mis vecinos quieren que los lleve al aeropuerto?<br />
Estupendo, pero tendrá que telefonearme la noche antes y recordármelo.<br />
¿Quiero recordar que tengo que llevar un libro a la universidad para<br />
dárselo a un colega? Pongo el libro en un sitio donde no puedo dejar de<br />
verlo al salir de casa. Un buen sitio es delante de la puerta principal. No<br />
puedo salir sin tropezar con el libro. Estoy en casa de un amigo y pido<br />
prestado un documento o un libro, y para recordar que tengo que llevármelo,<br />
le pongo las llaves del coche encima. <strong>De</strong>spués, al salir, lo recuerdo.<br />
Aunque se me olvide y salga al coche no puedo irme sin las llaves.<br />
Los recordatorios tienen dos aspectos diferentes: la señal y el mensaje. Igual que al<br />
realizar un acto podemos distinguir entre saber lo que se puede hacer y saber cómo<br />
hacerlo, para recordar hemos de distinguir entre saber que es necesario recordar algo<br />
y recordar de qué se trata. Los mecanismos de recordatorio más populares no aportan