14.05.2016 Views

Clínica

1dMuucmtP

1dMuucmtP

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

de la forclusión, por lo que insiste en la pregunta que lo conducirá a elaborar una clínica de las<br />

suplencias. Esta pregunta es “¿Por qué Joyce no está loco?”.<br />

Son estas las referencias que los autores toman para pensar en la forclusión fálica. El diagnóstico<br />

de psicosis basado en fenómenos imaginarios Фₒ, infiere Pₒ, a razón de que la forclusión<br />

del Nombre del Padre es causa de la ausencia de “mediación simbólica” en la relación con el<br />

cuerpo. Se trataría entonces de un razonamiento deductivo: a partir de encontrar en la clínica<br />

fenómenos discretos que darían cuenta del desanudamiento de lo imaginario Ф ₒ, se supone Pₒ,<br />

y con ello un diagnóstico de psicosis.<br />

El cuerpo para tener consistencia debe capturar al objeto “a”, como Lacan lo ha sostenido en<br />

reiteradas oportunidades, por ejemplo en su “Homenaje a Marguerite Duras” y en el Seminario<br />

20. Puede considerarse entonces que el anudamiento borromeo propio de la neurosis sería la<br />

condición de la consistencia de lo imaginario. De este modo, a partir de los fenómenos de “transitivismo<br />

imaginario” que se recortan en el caso, podría inferirse una psicosis. El problema se<br />

vincula a las identificaciones constituyentes de la identidad sexual de J.: lo imaginario se autonomiza,<br />

por falta de inscripción en el significante amo que establezca desde dónde el sujeto mira<br />

su propia imagen. Los fenómenos de transitivismo imaginario son efecto de un imaginario que se<br />

suelta y funciona de manera autónoma respecto a lo real y lo simbólico.<br />

Ahora bien, retomando la problemática recortada al inicio del capítulo, nos preguntamos qué<br />

lugar ocupan las obsesiones en este caso de psicosis. En primera instancia, en pos de identificar<br />

su estatuto, plantearemos la pregunta por su origen, es decir, ¿esta multiplicidad de fenómenos<br />

obsesivos, parten de una idea delirante o de una idea obsesiva? J. es asaltado por dudas compulsivas<br />

acerca de su identidad sexual. Dudas que en muchas ocasiones se presentan en los<br />

neuróticos obsesivos. Si bien las ideas parecen impuestas, son claramente situables en la esfera<br />

del pensamiento, apropiables por el sujeto, que no las identifica como ajenas. Sigue a ellas una<br />

suerte de lucha ansiosa, J. se revuelve contra estas ideas, y elabora complejos síntomas en dos<br />

tiempos para verificar la realidad de esos pensamientos. No se desarrolla ningún sistema delirante,<br />

el pensamiento no se emancipa y no existe ningún tipo de certeza de significación en su<br />

contenido. Al mismo tiempo, no se trata de un trabajo metafórico que reemplace elementos para<br />

crear un plus de significación necesario para explicar un punto de goce enigmático, como en el<br />

delirio psicótico, sino en dudas y temores, más bien situables en un polo metonímico, donde no<br />

hay ganancia de sentido.<br />

A nivel entonces de su origen, y de su envoltura formal aparentemente se trataría de obsesiones.<br />

¿Cómo pueden estas, entonces, presentarse en el marco de una estructura psicótica?<br />

Es la función de las mismas la que nos permite vincular la fenomenología descripta en el<br />

caso, con la estructura deducida. Frente a los productos de Фₒ que hemos detallado, en especial<br />

la autonomía del registro imaginario inconsistente, las obsesiones cumplen el papel de capturar<br />

ese imaginario que se escapa, oficiar de capitón, para que el anudamiento adquiera consistencia.<br />

No se trata de las obsesiones como efecto de la forclusión del Nombre del Padre (o el hecho<br />

de prescindir del mismo), sino más bien de un intento de detener el transitivismo imaginario por<br />

el recurso al significante y a las operaciones de contabilidad, como lo ponen de manifiesto sus<br />

verificaciones limitadas en el espacio y en el tiempo.<br />

En tercer lugar, el desacomodamiento del pene es leído como un desarreglo en el órgano que<br />

ocurriría a nivel del goce. Si bien Miller aclara la dificultad que presenta para todo hombre el estar<br />

147

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!