Clínica
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duda y la indecisión como formas de suplencia de la psicosis. Estudiaremos las relaciones que<br />
mantienen el delirio y la originaria situación catastrófica, de acuerdo a las coordenadas que organizan<br />
el tratamiento del caso de H. Segal (4). Las dos autoras estructuran sus trabajos en la<br />
línea con el pensamiento de Melanie Klein, lo que les sirve de apoyo y, a veces, de obstáculo.<br />
La perspectiva kleiniana: mecanismos psicóticos<br />
y la distinción neurosis obsesiva-psicosis<br />
Para contextuar, entonces, el análisis de estos artículos, nos ha parecido de importancia presentar,<br />
en una breve síntesis, la perspectiva kleiniana.<br />
Alrededor del año 1932, M. Klein se aplica a elaborar, en el terreno de su teoría pulsional,<br />
una fase en que el sadismo alcanza su punto máximo. Su interés en esta fase le serviría para<br />
explicar la severidad del Superyó arcaico y para comprender la naturaleza de los mecanismos<br />
psicóticos que actúan en esta fase. Esto tendría como consecuencia una verdadera renovación<br />
de la psicopatología infantil y también una extensión en la comprensión de la psicosis en general.<br />
Al decir de Jean-Michel Petot (5) esto tiene varios corolarios, pero el que más nos interesa se<br />
refiere a que la neurosis infantil es un conjunto de defensas contra un núcleo psicótico subyacente.<br />
Tesis especialmente verdadera en el caso de la neurosis obsesiva. Su aporte consiste en el<br />
descubrimiento de formas muy precoces de neurosis obsesiva, o al menos de síntomas obsesivos,<br />
en niños pequeños. A partir de estos años, el interés de M. Klein se centra exclusivamente<br />
en la neurosis obsesiva, ocupándose de relacionarla con el Edipo y, a su vez, con la paranoia.<br />
El núcleo de esta concepción es que los mecanismos obsesivos, suscitados por la necesidad<br />
de luchar contra las angustias arcaicas típicas de las primeras etapas edípicas, procuran disminuirlas<br />
haciendo intervenir procedimientos más evolucionados, menos sádicos y violentos que<br />
las defensas de la primera parte del desarrollo. Si esto fracasa, se consolida una neurosis cuya<br />
intensidad refleja su origen en angustias arcaicas y en el sadismo primario. De tener éxito, esta<br />
neurosis se irá transformando en mecanismos adaptativos que ligarán el sadismo a tendencias<br />
libidinales más evolucionadas.<br />
Ya en “El psicoanálisis de niños” (6) M. Klein busca comprender el porqué de la frecuencia de<br />
los mecanismos obsesivos en la infancia, llegando a entender que la formación de una neurosis<br />
obsesiva es esencial para superar las tendencias canibalísticas y sádico anales mediante la anulación,<br />
la sobrecompensación y la reparación (7). También se subraya el carácter inquietante del<br />
pronóstico de una neurosis obsesiva muy precoz, relacionándola con un bloqueo del desarrollo<br />
por efecto de las angustias psicóticas subyacentes. La solidaridad entre la neurosis obsesiva y la<br />
psicosis es tal, en la mirada de M. Klein, que en casos graves puede pasarse de una a otra sin<br />
solución de continuidad.<br />
La teoría del desarrollo kleiniana (si bien estaba ya dispersa en sus trabajos anteriores) se<br />
ordena y consolida en los años 1943-44 a propósito de un ciclo de conferencias organizado por la<br />
Sociedad Británica de Psicoanálisis. Subyacía a estas conferencias la controversia entre los analistas<br />
kleinianos en Londres y los analistas freudianos que habían emigrado del continente europeo,<br />
luego de la muerte de Freud, que eran mayoritariamente representados por Anna Freud.<br />
Sus trabajos de 1946 “Notas sobre algunos mecanismos esquizoides” y de 1952 “Algunas<br />
conclusiones teóricas sobre la vida emocional del lactante”, presentan por primera vez una revi-<br />
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