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Clínica

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manifestaciones de la transferencia y “a lo que esta remite en términos sintomáticos”. Por estas<br />

razones, nos parece de sumo interés señalar algunos de los episodios que Freud relata en sus<br />

notas diarias en el tratamiento del caso en cuestión, para observar la fuerza con que aparecía la<br />

transferencia, teñida de las pasiones más íntimas del sujeto, y de qué manera es abordada por<br />

Freud, en una investigación de los resortes de la producción de la neurosis.<br />

Lacan (1953) llama a esta particularidad de la transferencia en la neurosis obsesiva “transferencia<br />

pasional” y la considera un “corto delirio” que puede darse en los neuróticos. Mediante la<br />

exposición del material intentaremos elucidar en qué sentido es que Lacan realiza esta afirmación.<br />

En el historial consideramos que el trato que el paciente dispensa a Freud es absolutamente<br />

diverso dependiendo del momento transferencial en que se encuentre. Inicialmente, llega a<br />

Freud tras haber leído Psicopatología de la vida cotidiana. Apreciamos que existía una transferencia<br />

previa con Freud, pues el paciente hallaba similitud entre sus propios trabajos de pensamiento<br />

y el texto que había escrito su analista. Es en este contexto entonces que se presenta a<br />

dar testimonio de su neurosis infantil. Según Clastres (1986), es un intento de darle al analista<br />

lo que cree que él debe querer: hablar de su sexualidad infantil. Es de importancia recordar que<br />

Freud aún no había puesto el acento en la neurosis infantil como lo hará más adelante en 1914,<br />

en el historial del Hombre de los Lobos. Sin embargo, los Tres Ensayos son ya una referencia<br />

fundamental.<br />

Es sumamente interesante la manera en que el paciente relata escenas de su sexualidad<br />

infantil. Aparece un claro recuerdo, y las escenas se multiplican mediante asociaciones, aportando<br />

así un riquísimo material a lo postulado por Freud como sexualidad perverso polimorfa. Para<br />

Ernst, la mirada ocupaba un lugar fundamental en su sexualidad, manifiesto sobre todo cuando<br />

relata que observaba a sus nanas desnudas, y que este deseo de ver así a ciertas mujeres se<br />

conservó por muchísimo tiempo. Relata también haberse tomado cierto atrevimiento con el cuerpo<br />

de su nana, sin que ella lo sancione por ello.<br />

Estos recuerdos concernientes a las experiencias sexuales infantiles derivan más tarde, en el<br />

curso del tratamiento, en la elaboración de fantasías actuales, que se enlazan en la transferencia:<br />

comienzan a aparecer en sus relatos, de contenidos sexuales y escatológicos, Freud y sus<br />

hijos. Sobre todo una hija que le adjudica a Freud, a quien el paciente creyó conocer una vez que<br />

se dirigía al consultorio. En aquel momento se le ocurrió la idea de que Freud querría casarla con<br />

él. Esta última idea producía una fuerte revuelta en el paciente que por momentos se mostraba<br />

muy enojado con Freud, incluso llegando a querer escupirlo o pegarle y en otras simplemente<br />

sintiéndose como marioneta de un plan macabro de su analista.<br />

Estos relatos aparecieron a medida que se estableció el lazo transferencial y el paciente se<br />

familiarizó con el método de la asociación libre; aun así, mostraba dificultad para “decir” ciertas<br />

cosas. Señalamos el valor de la palabra en la obsesión, como todos los síntomas se presentan<br />

en el plano del pensamiento, los pensamientos adquieren tal fuerza que una vez pensados el<br />

sujeto no puede deshacerlos, y estos, con este carácter de “Zwang”, comienzan a dominar toda<br />

su vida. Por ejemplo, la idea que hemos mencionado anteriormente en la que Ernst atribuye a<br />

Freud interés por casarlo con su hija es por un lado consciente; pero aun así, la mera aparición<br />

de la ocurrencia le resulta significativa y cree en ella en un aparente “olvido” del origen de la<br />

experiencia. Llega a decirle a Freud que duda entre casarse con su prima o su hija, y al mismo<br />

tiempo se enoja con él y le dice que lo escupirá en la cara porque ansía tenerlo por yerno. Más<br />

adelante, cuenta un sueño donde se casa con la hija de Freud y esta, en lugar de ojos, tiene<br />

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