30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

extraordinaria resolución y fortaleza, que antes que someterse a creer con sus compañeros lo que se les<br />

exigiera, resolvió morir <strong>en</strong> <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>mas. Por mucho que lo observara, no pude notar ni el más mínimo<br />

síntoma de temor o de dolor; eso sí, se reflejaba <strong>en</strong> su semb<strong>la</strong>nte una tristeza cual nunca había yo visto’”<br />

(M’Crie, cap. 7).<br />

Su esposa no olvidó jamás su mirada de despedida. “La idea— dice el historiador—de que había<br />

causado dolor a su corazón durante el terrible conflicto <strong>por</strong> el que tuvo que pasar, avivó <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ma del afecto<br />

que hacia <strong>la</strong> religión reformada ardía secretam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> su pecho; y habi<strong>en</strong>do resuelto, confiada <strong>en</strong> el poder<br />

que se perfecciona <strong>en</strong> <strong>la</strong> f<strong>la</strong>queza”, seguir el ejemplo de constancia dado <strong>por</strong> el mártir, “interrumpió<br />

resueltam<strong>en</strong>te el curso de p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>cia a que había dado principio”. En el acto fue arrojada <strong>en</strong> <strong>la</strong> cárcel,<br />

donde durante ocho años resistió a todos los esfuerzos hechos <strong>por</strong> los inquisidores para que se retractara,<br />

y <strong>por</strong> fin murió el<strong>la</strong> también <strong>en</strong> <strong>la</strong> hoguera como había muerto su marido. Quién no será del mismo parecer<br />

que su paisano, De Castro, cuando exc<strong>la</strong>ma: “¡Infelices esposos, iguales <strong>en</strong> el amor, iguales <strong>en</strong> <strong>la</strong>s<br />

doctrinas e iguales <strong>en</strong> <strong>la</strong> muerte! ¿Quién negará una lágrima a vuestra memoria y un s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de horror<br />

y de desprecio a unos jueces que, <strong>en</strong> vez de <strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ar los <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>tos con <strong>la</strong> dulzura de <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra<br />

divina, usaron como armas del raciocinio, los potros y <strong>la</strong>s hogueras?” De Castro, 171.<br />

Tal fue <strong>la</strong> suerte que corrieron muchos que <strong>en</strong> España se habían id<strong>en</strong>tificado íntimam<strong>en</strong>te con <strong>la</strong><br />

Reforma protestante <strong>en</strong> el siglo XVI, pero de esto “no debemos sacar <strong>la</strong> conclusión de que los mártires<br />

españoles sacrificaran sus vidas y derramaran su sangre <strong>en</strong> vano. Ofrecieron a Dios sacrificios de grato<br />

olor. Dejaron <strong>en</strong> favor de <strong>la</strong> verdad un testimonio que no se perdió del todo” (M’Crie, Prefacio). Al través<br />

de los siglos este testimonio hizo resaltar <strong>la</strong> constancia de los que prefirieron obedecer a Dios antes que a<br />

los hombres; y subsiste hoy día para inspirar ali<strong>en</strong>to a qui<strong>en</strong>es decidan mant<strong>en</strong>erse firmes, <strong>en</strong> <strong>la</strong> hora de<br />

prueba, <strong>en</strong> def<strong>en</strong>sa de <strong>la</strong>s verdades de <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra de Dios, y para que con su constancia y fe inquebrantable<br />

sean testimonios vivos del poder transformador de <strong>la</strong> gracia red<strong>en</strong>tora.<br />

206

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!