30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

para demostrarnos que <strong>la</strong>s iglesias <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral están deg<strong>en</strong>erando de un modo que da p<strong>en</strong>a. Se han<br />

alejado muchísimo de Dios, y él se ha alejado de el<strong>la</strong>s”.<br />

Y un escritor dec<strong>la</strong>raba <strong>en</strong> el Religious Telescope, conocido periódico religioso: “Jamás<br />

habíamos pres<strong>en</strong>ciado hasta ahora un estado de decad<strong>en</strong>cia semejante al de <strong>la</strong> actualidad. En verdad<br />

que <strong>la</strong> iglesia debería despertar y buscar <strong>la</strong> causa de este estado aflictivo; pues tal debe ser para todo<br />

aquel que ama a Sión. Cuando recordamos cuán pocos son los casos de verdadera conversión, y <strong>la</strong><br />

imp<strong>en</strong>it<strong>en</strong>cia sin igual y <strong>la</strong> dureza de los pecadores, exc<strong>la</strong>mamos casi involuntariam<strong>en</strong>te: ‘¿Se ha<br />

olvidado Dios de t<strong>en</strong>er misericordia? o está cerrada <strong>la</strong> puerta de <strong>la</strong> gracia?’”<br />

Tal condición no existe nunca sin que <strong>la</strong> iglesia misma t<strong>en</strong>ga <strong>la</strong> culpa. Las tinieb<strong>la</strong>s espirituales<br />

que ca<strong>en</strong> sobre <strong>la</strong>s naciones, sobre <strong>la</strong>s iglesias y sobre los individuos, no se deb<strong>en</strong> a un retraimi<strong>en</strong>to<br />

arbitrario de <strong>la</strong> gracia divina <strong>por</strong> parte de Dios, sino a <strong>la</strong> neglig<strong>en</strong>cia o al rechazami<strong>en</strong>to de <strong>la</strong> luz divina<br />

<strong>por</strong> parte de los hombres. Ejemplo sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te de esta verdad lo t<strong>en</strong>emos <strong>en</strong> <strong>la</strong> historia del pueblo<br />

judío <strong>en</strong> tiempo de Cristo. Debido a su apego al mundo y al olvido de Dios y de su Pa<strong>la</strong>bra, el<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to de este pueblo se había oscurecido y su corazón se había vuelto mundano y s<strong>en</strong>sual. Así<br />

permaneció <strong>en</strong> <strong>la</strong> ignorancia respecto al adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to del Mesías, y <strong>en</strong> su orgullo e incredulidad<br />

rechazó al Red<strong>en</strong>tor. Pero ni aun <strong>en</strong>tonces Dios privó a <strong>la</strong> nación judía de conocer o participar <strong>en</strong> <strong>la</strong>s<br />

b<strong>en</strong>diciones de <strong>la</strong> salvación. Pero los que rechazaron <strong>la</strong> verdad perdieron todo deseo de obt<strong>en</strong>er el don<br />

del cielo. Ellos habían hecho “de <strong>la</strong> luz tinieb<strong>la</strong>s, y de <strong>la</strong>s tinieb<strong>la</strong>s luz” hasta que <strong>la</strong> luz que había <strong>en</strong><br />

ellos se volvió tinieb<strong>la</strong>s; y ¡cuán grandes fueron aquel<strong>la</strong>s tinieb<strong>la</strong>s!<br />

Convi<strong>en</strong>e a <strong>la</strong> política de Satanás que los hombres conserv<strong>en</strong> <strong>la</strong>s formas de religión, con tal que<br />

carezcan de piedad vital. Después de haber rechazado el evangelio, los judíos siguieron conservando<br />

ansiosam<strong>en</strong>te sus antiguos ritos, y guardaron intacto su exclusivismo nacional, mi<strong>en</strong>tras que ellos<br />

mismos no podían m<strong>en</strong>os que confesar que <strong>la</strong> pres<strong>en</strong>cia de Dios ya no se manifestaba más <strong>en</strong>tre ellos.<br />

La profecía de Daniel seña<strong>la</strong>ba de modo tan exacto el tiempo de <strong>la</strong> v<strong>en</strong>ida del Mesías y predecía tan a<br />

<strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ras su muerte, que ellos trataban de desal<strong>en</strong>tar el estudio de el<strong>la</strong>, y finalm<strong>en</strong>te los rabinos<br />

pronunciaron una maldición sobre todos los que int<strong>en</strong>taran computar el tiempo. En su obcecación e<br />

imp<strong>en</strong>it<strong>en</strong>cia, el pueblo de Israel ha permanecido durante mil ochoci<strong>en</strong>tos años indifer<strong>en</strong>te a los<br />

328

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!