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America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

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conformarse con <strong>la</strong>s <strong>en</strong>señanzas del racionalismo, y al estudiar <strong>la</strong> Biblia <strong>en</strong> busca de luz más c<strong>la</strong>ra, fue<br />

conducido, después de algún tiempo, a una fe positiva.<br />

Al continuar sus investigaciones sobre <strong>la</strong>s profecías, llegó a creer que <strong>la</strong> v<strong>en</strong>ida del Señor era<br />

inmin<strong>en</strong>te. Impresionado <strong>por</strong> <strong>la</strong> solemnidad e im<strong>por</strong>tancia de esta gran verdad, deseó pres<strong>en</strong>tar<strong>la</strong> al<br />

pueblo, pero <strong>la</strong> cre<strong>en</strong>cia popu<strong>la</strong>r de que <strong>la</strong>s profecías de Daniel son misterios y no pued<strong>en</strong> ser<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>didas, le resultó obstáculo serio. Al fin resolvió—como Farel lo había hecho antes que él <strong>en</strong> <strong>la</strong><br />

evangelización de Ginebra—empezar con los niños, esperando <strong>por</strong> medio de ellos alcanzar a los padres.<br />

Al hab<strong>la</strong>r de su propósito <strong>en</strong> esta tarea, decía él, tiempo después: “Deseo que se compr<strong>en</strong>da que<br />

no es a causa de su escasa im<strong>por</strong>tancia, sino a causa de su gran valor, <strong>por</strong> lo que yo deseaba pres<strong>en</strong>tar<br />

esas <strong>en</strong>señanzas <strong>en</strong> esta forma familiar y <strong>por</strong> qué <strong>la</strong>s dirigía a los niños. Deseaba que se me oyese, y<br />

temía que no se me escuchara si me dirigía primero a los adultos”. “Resolví <strong>por</strong> consigui<strong>en</strong>te dirigirme<br />

a los más jóv<strong>en</strong>es. Reúno pues una asist<strong>en</strong>cia de niños; si esta aum<strong>en</strong>ta, si se ve que los niños escuchan,<br />

que están cont<strong>en</strong>tos e interesados, que compr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> el tema y sab<strong>en</strong> exponerlo, estoy seguro de t<strong>en</strong>er<br />

pronto otro círculo de oy<strong>en</strong>tes, y a su vez los adultos verán que vale <strong>la</strong> p<strong>en</strong>a s<strong>en</strong>tarse y estudiar. Y así<br />

se gana <strong>la</strong> causa” (Gauss<strong>en</strong>, Daniel le prophete, tomo 2, prefacio).<br />

El esfuerzo fue recomp<strong>en</strong>sado. Al dirigirse a los niños, tuvo el gusto de ver acudir a <strong>la</strong> reunión<br />

a personas mayores. Las galerías de su iglesia se ll<strong>en</strong>aban de oy<strong>en</strong>tes at<strong>en</strong>tos. Entre ellos había hombres<br />

de posición y saber, así como extranjeros y otras personas que estaban de paso <strong>en</strong> Ginebra; y así el<br />

m<strong>en</strong>saje era llevado a otras partes.<br />

Animado <strong>por</strong> el éxito, Gauss<strong>en</strong> publicó sus lecciones, con <strong>la</strong> esperanza de promover el estudio<br />

de los libros proféticos <strong>en</strong> <strong>la</strong>s iglesias de los pueblos que hab<strong>la</strong>n francés. “Publicar <strong>la</strong>s lecciones dadas<br />

a los niños—dice Gauss<strong>en</strong>—, equivale a decir a los adultos, que hartas veces descuidan <strong>la</strong> lectura de<br />

dichos libros son pretexto de que son oscuros: ‘¿Cómo pued<strong>en</strong> serlo, cuando vuestros niños los<br />

<strong>en</strong>ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong>?’ “T<strong>en</strong>ía un gran deseo—agrega—, de popu<strong>la</strong>rizar el conocimi<strong>en</strong>to de <strong>la</strong>s profecías <strong>en</strong>tre<br />

nuestros rebaños,<strong>en</strong> cuanto fuera posible”. “En realidad no hay estudio que parezca responder mejor a<br />

<strong>la</strong>s necesidades de <strong>la</strong> época”. “Por medio de él debemos prepararnos para <strong>la</strong> tribu<strong>la</strong>ción cercana y ve<strong>la</strong>r,<br />

y esperar a Jesucristo”.<br />

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