30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>la</strong> ciudad, visitó <strong>la</strong>s iglesias, prestó oídos a <strong>la</strong>s maravillosas narraciones de los sacerdotes y de los monjes<br />

y cumplió con todas <strong>la</strong>s ceremonias de ord<strong>en</strong>anza. Por todas partes veía esc<strong>en</strong>as que le ll<strong>en</strong>aban de<br />

extrañeza y horror. Notó que había iniquidad <strong>en</strong>tre todas <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses del clero. Oyó a los sacerdotes contar<br />

chistes indec<strong>en</strong>tes y se escandalizó de <strong>la</strong> espantosa profanación de que hacían ga<strong>la</strong> los pre<strong>la</strong>dos aun <strong>en</strong> el<br />

acto de decir misa. Al mezc<strong>la</strong>rse con los monjes y con el pueblo descubrió <strong>en</strong> ellos una vida de disipación<br />

y <strong>la</strong>scivia. Doquiera volviera <strong>la</strong> cara, tropezaba con libertinaje y corrupción <strong>en</strong> vez de santidad. “Sin<br />

verlo—escribió él—, no se podría creer que <strong>en</strong> Roma se cometan pecados y acciones infames; y <strong>por</strong> lo<br />

mismo acostumbran decir: ‘Si hay un infierno, no puede estar <strong>en</strong> otra parte que debajo de Roma; y de este<br />

abismo sal<strong>en</strong> todos los pecados’” (ibíd.).<br />

Por decreto expedido poco antes prometía el papa indulg<strong>en</strong>cia a todo aquel que subiese de rodil<strong>la</strong>s<br />

<strong>la</strong> “escalera de Pi<strong>la</strong>to” que se decía ser <strong>la</strong> misma que había pisado nuestro Salvador al bajar del tribunal<br />

romano, y que, según aseguraban, había sido llevada de Jerusalén a Roma de un modo mi<strong>la</strong>groso. Un día,<br />

mi<strong>en</strong>tras estaba Lutero subi<strong>en</strong>do devotam<strong>en</strong>te aquel<strong>la</strong>s gradas, recordó de pronto estas pa<strong>la</strong>bras que como<br />

tru<strong>en</strong>o repercutieron <strong>en</strong> su corazón: “El justo vivirá <strong>por</strong> <strong>la</strong> fe”. Romanos 1:17. Se puso de pronto de pie y<br />

huyó de aquel lugar sinti<strong>en</strong>do vergü<strong>en</strong>za y horror. Ese pasaje bíblico no dejó nunca de ejercer poderosa<br />

influ<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> su alma. Desde <strong>en</strong>tonces vio con más c<strong>la</strong>ridad que nunca el <strong>en</strong>gaño que significa para el<br />

hombre confiar <strong>en</strong> sus obras para su salvación y cuán necesario es t<strong>en</strong>er fe constante <strong>en</strong> los méritos de<br />

Cristo. Sus ojos se habían abierto y ya no se cerrarían jamás para dar crédito a los <strong>en</strong>gaños del papado. Al<br />

apartarse de Roma sus miradas, su corazón se apartó también, y desde <strong>en</strong>tonces <strong>la</strong> separación se hizo más<br />

pronunciada, hasta que Lutero concluyó <strong>por</strong> cortar todas sus re<strong>la</strong>ciones con <strong>la</strong> iglesia papal.<br />

Después de su regreso de Roma, recibió Lutero <strong>en</strong> <strong>la</strong> universidad de Witt<strong>en</strong>berg el grado de doctor<br />

<strong>en</strong> teología. T<strong>en</strong>ía pues mayor libertad que antes para consagrarse a <strong>la</strong>s Santas Escrituras, que tanto amaba.<br />

Había formu<strong>la</strong>do el voto solemne de estudiar cuidadosam<strong>en</strong>te y de predicar con toda fidelidad y <strong>por</strong> toda<br />

<strong>la</strong> vida <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra de Dios, y no los dichos ni <strong>la</strong>s doctrinas de los papas. Ya no sería <strong>en</strong> lo sucesivo un<br />

mero monje, o profesor, sino el heraldo autorizado de <strong>la</strong> Biblia. Había sido l<strong>la</strong>mado como pastor para<br />

apac<strong>en</strong>tar el rebaño de Dios que estaba hambri<strong>en</strong>to y sedi<strong>en</strong>to de <strong>la</strong> verdad. Dec<strong>la</strong>raba firmem<strong>en</strong>te que los<br />

cristianos no debieran admitir más doctrinas que <strong>la</strong>s que tuvies<strong>en</strong> apoyo <strong>en</strong> <strong>la</strong> autoridad de <strong>la</strong>s Sagradas<br />

95

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!