30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

conci<strong>en</strong>cia. Decía: “El público o los magistrados pued<strong>en</strong> fal<strong>la</strong>r <strong>en</strong> lo que atañe a lo que los hombres se<br />

deb<strong>en</strong> unos a otros, pero cuando tratan de seña<strong>la</strong>r a los hombres <strong>la</strong>s obligaciones para con Dios, obran<br />

fuera de su lugar y no puede haber seguridad alguna, pues resulta c<strong>la</strong>ro que si el magistrado ti<strong>en</strong>e tal<br />

facultad, bi<strong>en</strong> puede decretar hoy una opinión y mañana otra contraria, tal como lo hicieron <strong>en</strong> Ing<strong>la</strong>terra<br />

varios reyes y reinas, y <strong>en</strong> <strong>la</strong> iglesia romana los papas y los concilios, a tal extremo que <strong>la</strong> religión se ha<br />

convertido <strong>en</strong> una completa confusión”. Martyn 5:340.<br />

La asist<strong>en</strong>cia a los cultos de <strong>la</strong> iglesia establecida era obligatoria so p<strong>en</strong>a de multa o de<br />

<strong>en</strong>carce<strong>la</strong>mi<strong>en</strong>to. “Williams reprobó tal ley; <strong>la</strong> peor cláusu<strong>la</strong> del código inglés era aquel<strong>la</strong> <strong>en</strong> <strong>la</strong> que se<br />

obligaba a todos a asistir a <strong>la</strong> iglesia parroquial. Consideraba él que obligar a hombres de difer<strong>en</strong>te credo<br />

a unirse <strong>en</strong>tre sí, era una f<strong>la</strong>grante vio<strong>la</strong>ción de los derechos naturales del hombre; forzar a concurrir a los<br />

cultos públicos a los irreligiosos e indifer<strong>en</strong>tes era tan solo exigirles que fueran hipócritas [...]. ‘Ninguno—<br />

decía él—debe ser obligado a practicar ni a sost<strong>en</strong>er un culto contra su cons<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to’. ‘¡Cómo!—<br />

replicaban sus antagonistas, espantados de los principios expresados <strong>por</strong> Williams—, ¿no es el obrero<br />

digno de su sa<strong>la</strong>rio?’ ‘Sí—respondía él—, cuando ese sa<strong>la</strong>rio se lo dan los que quier<strong>en</strong> ocuparle’”<br />

(Bancroft, parte 1, cap. 15).<br />

Roger Williams era respetado y querido como ministro fiel, como hombre de raras dotes, de<br />

intachable integridad y sincera b<strong>en</strong>evol<strong>en</strong>cia. Sin embargo, su actitud resuelta al negar que los magistrados<br />

civiles tuvies<strong>en</strong> autoridad sobre <strong>la</strong> iglesia y al exigir libertad religiosa, no podía ser tolerada. Se creía que<br />

<strong>la</strong> aplicación de semejante nueva doctrina, “alteraría el fundam<strong>en</strong>to del estado y el gobierno del país”<br />

(ibíd.). Le s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ciaron a ser desterrado de <strong>la</strong>s colonias y finalm<strong>en</strong>te, para evitar que le arrestas<strong>en</strong>, se vio<br />

<strong>en</strong> <strong>la</strong> necesidad de huir <strong>en</strong> medio de los rigores de un crudo invierno, y se refugió <strong>en</strong> <strong>la</strong>s selvas vírg<strong>en</strong>es.<br />

“Durante catorce semanas—cu<strong>en</strong>ta él—, anduve vagando <strong>en</strong> medio de <strong>la</strong> inclem<strong>en</strong>cia del invierno,<br />

careci<strong>en</strong>do <strong>en</strong> absoluto de pan y de cama”. Pero “los cuervos me alim<strong>en</strong>taron <strong>en</strong> el desierto”, y el hueco<br />

de un árbol le servía frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de albergue. Martyn 5:349, 350. Así prosiguió su p<strong>en</strong>osa huida <strong>por</strong><br />

<strong>en</strong>tre <strong>la</strong> nieve y los bosques casi inaccesibles, hasta que <strong>en</strong>contró refugio <strong>en</strong> una tribu de indios cuya<br />

confianza y afecto se había ganado esforzándose <strong>por</strong> darles a conocer <strong>la</strong>s verdades del evangelio.<br />

255

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!