30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

¿No dan de comer al hambri<strong>en</strong>to y no vist<strong>en</strong> al desnudo? ‘No; no es este el asunto, que <strong>en</strong> esto no faltan;<br />

donde les falta caridad es <strong>en</strong> su modo de juzgar, pues cre<strong>en</strong> que ninguno puede ser salvo a no ser que siga<br />

el camino de ellos’”. Ibíd., 3:152, 153.<br />

El decaimi<strong>en</strong>to espiritual que se había dejado s<strong>en</strong>tir <strong>en</strong> Ing<strong>la</strong>terra poco antes del tiempo de Wesley,<br />

era debido <strong>en</strong> gran parte a <strong>la</strong>s <strong>en</strong>señanzas contrarias a <strong>la</strong> ley de Dios, o antinomianismo. Muchos afirmaban<br />

que Cristo había abolido <strong>la</strong> ley moral y que los cristianos no t<strong>en</strong>ían obligación de observar<strong>la</strong>; que el<br />

crey<strong>en</strong>te está libre de <strong>la</strong> “esc<strong>la</strong>vitud de <strong>la</strong>s bu<strong>en</strong>as obras”. Otros, si bi<strong>en</strong> admitían <strong>la</strong> perpetuidad de <strong>la</strong> ley,<br />

dec<strong>la</strong>raban que no había necesidad de que los ministros exhortaran al pueblo a que obedeciera los<br />

preceptos de el<strong>la</strong>, puesto que los que habían sido elegidos <strong>por</strong> Dios para ser salvos eran “llevados <strong>por</strong> el<br />

impulso irresistible de <strong>la</strong> gracia divina, a practicar <strong>la</strong> piedad y <strong>la</strong> virtud”, mi<strong>en</strong>tras los s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ciados a eterna<br />

perdición, “no t<strong>en</strong>ían poder para obedecer a <strong>la</strong> ley divina”.<br />

Otros, que también sost<strong>en</strong>ían que “los elegidos no pued<strong>en</strong> ser destituidos de <strong>la</strong> gracia ni perder el<br />

favor divino” llegaban a <strong>la</strong> conclusión aun más horr<strong>en</strong>da de que “sus ma<strong>la</strong>s acciones no son <strong>en</strong> realidad<br />

pecaminosas ni pued<strong>en</strong> ser consideradas como casos de vio<strong>la</strong>ción de <strong>la</strong> ley divina, y que <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia<br />

los tales no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>por</strong> qué confesar sus pecados ni romper con ellos <strong>por</strong> medio del arrep<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to”<br />

(McClintock-Strong, Cyclopedia, art. Antinomians). Por lo tanto, dec<strong>la</strong>raban que aun uno de los pecados<br />

más viles “considerado universalm<strong>en</strong>te como <strong>en</strong>orme vio<strong>la</strong>ción de <strong>la</strong> ley divina, no es pecado a los ojos<br />

de Dios”, siempre que lo hubiera cometido uno de los elegidos, “<strong>por</strong>que es característica es<strong>en</strong>cial y<br />

distintiva de estos que no pued<strong>en</strong> hacer nada que desagrade a Dios ni que sea contrario a <strong>la</strong> ley”.<br />

Estas monstruosas doctrinas son es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te lo mismo que <strong>la</strong> <strong>en</strong>señanza posterior de los<br />

educadores y teólogos popu<strong>la</strong>res, qui<strong>en</strong>es dic<strong>en</strong> que no existe ley divina como norma inmutable de lo que<br />

es recto, y que más bi<strong>en</strong> <strong>la</strong> norma de <strong>la</strong> moralidad es indicada <strong>por</strong> <strong>la</strong> sociedad y que ha estado siempre<br />

sujeta a cambios. Todas estas ideas son inspiradas <strong>por</strong> el mismo espíritu maestro: <strong>por</strong> aquel que, hasta<br />

<strong>en</strong>tre los seres impecables de los cielos, com<strong>en</strong>zó su obra de procurar suprimir <strong>la</strong>s justas restricciones de<br />

<strong>la</strong> ley de Dios. La doctrina de los decretos divinos que fija de una manera inalterable el carácter de los<br />

hombres, había inducido a muchos a rechazar virtualm<strong>en</strong>te <strong>la</strong> ley de Dios. Wesley se oponía t<strong>en</strong>azm<strong>en</strong>te<br />

a los errores de los maestros del antinomianismo y probaba que son contrarios a <strong>la</strong>s Escrituras. “Porque<br />

227

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!