30.08.2016 Views

America en la Profecia por Elena White [Version Moderna]

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

tuvo mayor éxito. Había traído consigo un rollo que pres<strong>en</strong>taba como del mismo Dios, y que cont<strong>en</strong>ía el<br />

mandami<strong>en</strong>to que se necesitaba para <strong>la</strong> observancia del domingo, con terribles am<strong>en</strong>azas para aterrar a los<br />

desobedi<strong>en</strong>tes. Se afirmaba que ese precioso docum<strong>en</strong>to, fraude tan vil como <strong>la</strong> institución misma que<br />

pret<strong>en</strong>día afianzar, había caído del cielo y había sido <strong>en</strong>contrado <strong>en</strong> Jerusalén sobre el altar de San Simeón,<br />

<strong>en</strong> el Gólgota. Pero <strong>en</strong> realidad, de donde procedía era del pa<strong>la</strong>cio pontifical de Roma. La jerarquía papal<br />

consideró siempre como legítimos los fraudes y <strong>la</strong>s adulteraciones que favorecies<strong>en</strong> el poder y <strong>la</strong><br />

prosperidad de <strong>la</strong> iglesia.<br />

El rollo prohibía trabajar desde <strong>la</strong> hora nov<strong>en</strong>a (tres de <strong>la</strong> tarde) del sábado hasta <strong>la</strong> salida del sol<br />

el lunes; y su autoridad se dec<strong>la</strong>raba confirmada <strong>por</strong> muchos mi<strong>la</strong>gros. Se decía que personas que habían<br />

trabajado más allá de <strong>la</strong> hora seña<strong>la</strong>da habían sufrido ataques de parálisis. Un molinero que int<strong>en</strong>tó moler<br />

su trigo vio salir <strong>en</strong> vez de harina un chorro de sangre y <strong>la</strong> rueda del molino se paró a pesar del bu<strong>en</strong> caudal<br />

de agua. Una mujer que había puesto masa <strong>en</strong> el horno <strong>la</strong> <strong>en</strong>contró cruda al sacar<strong>la</strong>, no obstante haber<br />

estado el horno muy cali<strong>en</strong>te. Otra que había preparado su masa para cocer el pan a <strong>la</strong> hora nov<strong>en</strong>a, pero<br />

resolvió poner<strong>la</strong> a un <strong>la</strong>do hasta el lunes, <strong>la</strong> <strong>en</strong>contró convertida <strong>en</strong> panes y cocida <strong>por</strong> el poder divino. Un<br />

hombre que coció pan después de <strong>la</strong> nov<strong>en</strong>a hora del sábado, <strong>en</strong>contró, al partirlo <strong>por</strong> <strong>la</strong> mañana sigui<strong>en</strong>te,<br />

que salía sangre de él. Mediante tales inv<strong>en</strong>ciones absurdas y supersticiosas fue cómo los abogados del<br />

domingo trataron de hacerlo sagrado. Véase Rogelio de Hoved<strong>en</strong>, Annals 2:528-530.<br />

Tanto <strong>en</strong> Escocia como <strong>en</strong> Ing<strong>la</strong>terra se logró hacer respetar mejor el domingo mezclándolo <strong>en</strong><br />

parte con el sábado antiguo. Pero variaba el tiempo que se debía guardar como sagrado. Un edicto del rey<br />

de Escocia dec<strong>la</strong>raba que “se debía considerar como santo el sábado a partir del medio día” y que desde<br />

ese mom<strong>en</strong>to hasta el lunes nadie debía ocuparse <strong>en</strong> trabajos mundanos. Morer, 290, 291.<br />

Pero a pesar de todos los esfuerzos hechos para establecer <strong>la</strong> santidad del domingo, los mismos<br />

papistas confesaban públicam<strong>en</strong>te <strong>la</strong> autoridad divina del sábado y el orig<strong>en</strong> humano de <strong>la</strong> institución que<br />

lo había sup<strong>la</strong>ntado. En el siglo XVI un concilio papal ord<strong>en</strong>ó explícitam<strong>en</strong>te: “Recuerd<strong>en</strong> todos los<br />

cristianos que el séptimo día fue consagrado <strong>por</strong> Dios y aceptado y observado no solo <strong>por</strong> los judíos, sino<br />

también <strong>por</strong> todos los que querían adorar a Dios; no obstante nosotros los cristianos hemos cambiado el<br />

sábado de ellos <strong>en</strong> el día del Señor, domingo”. Ibíd., 281, 282. Los que estaban pisoteando <strong>la</strong> ley divina<br />

496

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!