Un Obsequio de Amor Corrección Final

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Apacible y tranquilo, respirando cadenciosamente, Ricardo Montero se
encontraba durmiendo sobre su cama en una habitación con vista a la calle en
un segundo piso.
Como era su costumbre en las noches de primavera su cuerpo estaba cubierto
por una sábana ligera. Aunque poco refrescante el ambiente exterior lo
ayudaba a conciliar un sueño profundo.
El reposo llegó pronto, sin tener que temer a los molestos mosquitos de otra
época del año en la que había que encerrarse a piedra y lodo para impedir el
acceso de esos insectos que de sólo escuchar su típico zumbido a Ricardo le
costaba trabajo dormir.
Varias veces se levantaba a iluminar su cuarto mirando con inquietud techo y
paredes tratando de cazar con periódico en mano a esos intrusos nocturnos.
Sin esa enfadosa tarea que realizar horas antes, a las cuatro de la madrugada
la tranquilidad de su mente en reposo, repentinamente se interrumpió.
Una pesadilla lo sacó de su trance reparador. Los latidos de su corazón se
aceleraron de súbito. Algo aterrador asaltaría su inconsciencia.
Sería testigo de su propia muerte.