Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
87<br />
-Creo que ya te quedaste sordo-.<br />
Y volvió a preguntar.<br />
-¿Pue<strong>de</strong>s abrir?-.<br />
Tres palabras escuchó en tono molesto.<br />
-Sí. Ya voy-.<br />
-Y todavía se enoja “el angelito”. Cuando que lo correcto sería ir a ver quién<br />
toca, siendo él quien está más cerca <strong>de</strong> la puerta-, exclamó Alicia <strong>de</strong> regreso<br />
en su recámara.<br />
<strong>Un</strong>a tar<strong>de</strong> ella misma comía en la casa <strong>de</strong> su hermana.<br />
Sobre la mesa había tres platos rebosantes <strong>de</strong> arroz y mole. Dos recipientes<br />
recién sacados <strong>de</strong>l horno, uno con frijoles refritos y el otro con rajas a la<br />
crema. A<strong>de</strong>más, una botella familiar <strong>de</strong> refresco <strong>de</strong> cola y medio kilo <strong>de</strong><br />
tortillas calientitas a disposición <strong>de</strong> las comensales.<br />
Alicia escuchó <strong>de</strong> labios <strong>de</strong> su sobrina una airada queja contra su hermana.<br />
-Si estoy gorda es por tu culpa. Des<strong>de</strong> niña siempre nos diste <strong>de</strong> comer todas<br />
esas porquerías que nos suben <strong>de</strong> peso-.<br />
-A mí no me culpes, que yo no te meto a la boca todo eso que te tragas-.<br />
Ricardo leía el periódico esperando a su primo José, en una cafetería.<br />
Era una mañana <strong>de</strong> copiosa lluvia.