Un Obsequio de Amor Corrección Final

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Un viernes por la mañana, Ricardo se disponía a salir del hogar cuando Alicia
le hizo saber.
-Allá afuera te está esperando, Roberto. Dice que quiere hablar contigo-.
-Algo ha de querer. Júralo. Porque de otro modo, ni siquiera se acuerda de
hablar para saludarnos-.
En cuanto el ex colaborador de Alicia, en un empleo que había tenido, tuvo
ante sí a quien se proponía ver pronto fue al grano.
-Cómo estas Ricardo. No había venido, porque no te necesitaba, pero ahora si
necesito tu ayuda-.
-¡Qué cínico de lo peor, es éste amigo!-.
Tras pensar eso, Ricardo le preguntó.
-¿Para qué soy bueno?-.
-Échame la mano con los del sindicato. Quiero que me den una comisión. Y tú
que me puedes ayudar. Por eso vine a verte.-
-La verdad es que no conozco al líder. Lo más que puedo hacer es darte una
tarjeta y diles que somos amigos. A ver si de algo te sirve-.
Ricardo sacó de su cartera lo prometido y de inmediato se disculpó.
-Y ahora tengo que irme-.
Subió a su coche y se retiró.