Un Obsequio de Amor Corrección Final

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Orondo y orgulloso continuó.
-Por eso voy a darte el consejo de un padre que te ama y desea que esa flor
tan hermosa que eres, jamás pierda su belleza y se conserve siempre fresca y
lozana.-
Después apuntó.
-Hago votos pues, princesita y amor de mis amores: para que tu vida transite
al abrigo generoso de una esplendorosa primavera, en la que
jamás se
marchiten tus más caros y lindos sueños. Y por lo tanto debo decirte con
cariño infinito que….-.
En aquel instante, el padre de la novia se reprimió con un reproche.
-¡No, por favor, eso no!… de plano algo tan cursi y plagado de florituras que
quieren decir mucho y no dicen nada, no puedo decirlo. Capaz que mi hija
me “mata” con la mirada. Pero, qué podría decir entonces-, volvió a
preguntarse.
Luis finalmente asumió una postura erguida frente a la gente y al disponerse
a externar su pensamiento, halló en su mente las palabras que a muchos
dejaron pensando.
El relato que un día después le haría a su sobrino Ricardo sobre lo que había
dicho en aquel evento continuó en estos términos.