Un Obsequio de Amor Corrección Final

28
Las ofensas entre ambas se multiplicaron incesantemente.
Ante la recreación de esa grotesca escena de su pasado, Ricardo dijo.
-Ahora sé cuál es el motivo de estar aquí-.
-Yo también-.
-En aquel momento observamos con cierto morbo lo sucedido antes de
alejarnos y seguir nuestro camino-.
-Sólo me limité a decir: una mujer que ofende y grita de esa manera, no
puede esperar que su hija le dé un trato amable, siendo algo tan distinto lo
que enseña su ejemplo-, recordó Alicia.
-Y lo que debimos haber hecho es intentar poner la paz entre ambas-.
-Posiblemente sus insultos nos habrían alcanzado-.
-Con esa justificación suele uno ignorar los pleitos ajenos y dejar que la gente
se agreda-.
-Cuando que quizás uno podría con la debida sutileza intervenir procurando
calmar las agitadas aguas de la confrontación entre personas que no deberían
insultarse jamás-.
-Habría sido lo correcto-.
-Pero, no lo hicimos y nada podemos hacer para reparar esa falta,-sentenció
Alicia.