Un Obsequio de Amor Corrección Final

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-Gracias por aceptar la invitación. Se preguntarán porque demoramos tanto
en proponerles un encuentro y voy a ser sincero-, dijo Ricardo.
Y luego prosiguió.
-Nos costó trabajo aceptar el cambio de vida de usted, mi amigo
padre…bueno ahora más bien papá. Y lo que quisiera decirles es que al fin
comprendimos que nadie debe actuar como juez de horca y cuchillo para
juzgar y mucho menos condenar a otro por sus decisiones personales-.
Con atención y avidez por saber lo que diría a continuación, los invitados
permanecieron en silencio.
-Además estamos ciertos, una vez que cavilamos hasta el cansancio sobre lo
sucedido, que servir a Dios no solo es posible desde el altar. Recordamos
además que algunos de los compañeros de Cristo tenían mujer e hijos y no
por eso dejaron de ser devotos creyentes y practicantes de su fe. Por lo tanto
pues…-.
Alicia intervino.
-Perdón por interrumpir, lo que ambos deseamos ofrecerles, con el corazón en
la mano, es una disculpa y por eso les hicimos ésta invitación. Queremos
además expresarles nuestro afecto y sobre todo el deseo de que su vida
familiar sea muy feliz y se
mantenga siempre cercana a esa fe que
profesamos, más allá de lo que hagamos o dejemos de hacer-.