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-Creer tener la razón en todo momento <strong>de</strong> nuestra vida, suele llevarnos a<br />
cometer graves injusticias. No siempre lo que pensamos que está bien,<br />
necesariamente es correcto. Preten<strong>de</strong>r imponer nuestra verdad a toda costa,<br />
pue<strong>de</strong> ser un abusivo atropello contra la verdad en la que otros creen-.<br />
-Por eso tenemos que hacer consciencia <strong>de</strong> algo muy importante: nadie es<br />
poseedor <strong>de</strong> la verdad absoluta. Y menos si consi<strong>de</strong>ramos que hay tres clases<br />
<strong>de</strong> verda<strong>de</strong>s. La que uno quiere ver, la que otro preten<strong>de</strong> que veamos y la que<br />
nadie pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> ver-.<br />
-Esta última, la que se sustenta en juicios objetivos e imparciales, pue<strong>de</strong> ser la<br />
más cercana a la verdad auténtica. Y precisamente, por ese motivo, las<br />
personas no <strong>de</strong>bemos casarnos con nuestras i<strong>de</strong>as con el arbitrario propósito<br />
<strong>de</strong> pisotear las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más.-<br />
-En las relaciones <strong>de</strong> las personas, es preciso alentar un<br />
intercambio <strong>de</strong><br />
opiniones, respecto a lo que cada uno piensa que está bien o mal hacer o<br />
<strong>de</strong>cir, procurando respetar el parecer ajeno y pidiendo amablemente que se<br />
respete el propio-.<br />
-Ahora que tratándose <strong>de</strong> situaciones en las que lo que uno hace o dice pue<strong>de</strong><br />
estar afectando los intereses o la tranquilidad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, es <strong>de</strong> elemental<br />
sentido común ponerse en los zapatos ajenos y pensar que para evitar malos<br />
tratos y <strong>de</strong>sconsi<strong>de</strong>raciones, es preciso no andar por la vida atropellando la<br />
dignidad y los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> otros, y menos cuando los afectados se merecen