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GUÍAS PARA LA ATENCIÓN INTEGRAL DE LAS MUJERES CON INFECCIÓN POR VIH<br />

Lavado seminal<br />

En 1992, Semprini y cols. reportaron la primera serie de gestaciones en parejas<br />

serodiscordantes mediante lavado seminal (13).<br />

Desde entonces numerosos equipos han utilizado diversas técnicas de<br />

reproducción asistida (lavado seminal e inseminación intrauterina, FIV<br />

–fecundación in vitro–, etc.) en más de 4.000 ciclos, obteniendo numerosas<br />

gestaciones sin que en ningún caso se haya documentado la infección de la<br />

pareja o del recién nacido (14) (15) (16) (17) (18) (19) (20).<br />

En la actualidad, la mayoría de los organismos oficiales y sociedades<br />

científicas recomiendan, en estos casos, la aplicación de la técnica del lavado<br />

seminal (21) (22) (23) (24) (25) (26). El objetivo de esta técnica no es la<br />

eliminación total del riesgo de transmisión sino su reducción.<br />

El lavado seminal consiste en separar los espermatozoides (que carecen de<br />

receptores para el VIH) del resto de componentes del plasma seminal que sí pueden<br />

contener virus (27) (28) (29). A la muestra de semen se le aplican las técnicas<br />

que habitualmente emplean los laboratorios de reproducción asistida para la<br />

separación y selección espermática (gradientes de densidad y swim up). A diferencia<br />

de lo que se hace habitualmente en otras situaciones, a las muestras de<br />

semen con VIH se les aplica las dos técnicas de manera conjunta.<br />

La muestra de espermatozoides obtenida una vez practicado el lavado<br />

seminal se divide en dos fracciones. Una de ellas es remitida al laboratorio<br />

de microbiología para descartar la presencia de partículas virales post-lavado,<br />

tanto en su fracción ADN como ARN, mediante técnicas de reacción en<br />

cadena de la polimerasa (PCR). La otra fracción se utiliza para la práctica de<br />

la técnica de reproducción asistida requerida según el caso: inseminación<br />

intrauterina (IIU) o fecundación in vitro con microinyección espermática<br />

(FIV-ICSI).<br />

Las técnicas de lavado seminal y la posterior utilización de una fracción<br />

para la práctica de PCR comportan una notable reducción del número total<br />

de espermatozoides disponibles para practicar la inseminación. Esta circunstancia<br />

debe considerarse en la valoración del espermograma basal de

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