JOURNALfor the STUDYof ANTISEMITISM

124 JOURNAL FOR THE STUDY OF ANTISEMITISM [ VOL. 3:99
ciones terminan defendiendo a Hamas, con tal de oponerse a Estados
Unidos e Israel. Se mezclan así las justas demandas del pueblo palestino
con las pretensiones de los extremistas musulmanes. Se les olvida que el
ideal de estos grupos no es el de constituir Estados democráticos, tolerantes
y pacíficos; que ellos (estos intelectuales, generalmente secularizados)
no sobrevivirían ni un mes en un régimen de ese tipo . . . Israel
puede tener muchos defectos, pero por lo menos es una democracia, que
defiende los mismos valores que nosotros. En su parlamento hay
representantes árabes, que hablan por el millón y medio de árabes israelíes,
y la prensa tiene libertad de expresión. Sus intelectuales pueden
estar o no de acuerdo con lo que su gobierno está haciendo y tienen
libertad para decirlo. Eso es imposible en la mayor parte de los países
árabes y en Irán. Israel es, en efecto, un pedazo de Occidente, con todos
sus valores, en el Medio Oriente. Eso no quiere decir, por supuesto, que
tengamos que estar de acuerdo y justificar todo lo que hace el gobierno
israelí, el cual se sostiene en una mayoría favorable a sus actos de
guerra. Pero por lo menos esta circunstancia nos debería prevenir contra
un apoyo ingenuo a los grupos fundamentalistas islámicos. 38
Israel, en el imaginario de cierta intelectualidad, parecería asumir un
topos equivalente al del agujero negro en la física, esto es, un lugar con
leyes propias que no puede ser aprehendido por las mismas leyes universales
que se aplica al resto del “universo” de las naciones. Allí todo
adquiere una dimensión propia, merece un estatus único. Cuando vemos
esta exclusiva obsesión irracional en relación a las conductas del estado de
Israel, las exigencias de una conducta prístina, el monitores estrecho de sus
acciones y el tratamiento desigual en relación al que se le brinda a los otras
200 naciones del mundo nos remite necesariamente a aquella idea que la
causa del antisemitismo no hay que buscarla en el judío sino en el
antisemita
Israel es transformado en uno de los estados más criminales de la historia
por un ejercicio de retórica consistente en asignarle a modo de adjetivos
los conceptos que el discurso progresista considera la ‘encarnación’
del mal radical (nazi, genocida, colonialista, imperialista, terrorista de
estado, racista, segregacionista, etc.) Pero esto no logra mágicamente que se
materialicen esas relaciones sociales (a pesar que para el judeófobo
‘progresista’ tienen tanta realidad como lo tenía la ‘amenaza judía’ para el
nazi o el ‘judío-vampiro’ consumidor ritual de sangre humana para el judeófobo
medieval).
De “asesinos de Cristo” a “asesinos rituales”; “de asesinos rituales” a
38. Blancarte, Roberto: Políticamente Incorrecto; Hamas e Israel. Publicado en
el sitio de Internet Milenio.com el 13/1/2009 en http://www.milenio.com/node/
146603.