JOURNALfor the STUDYof ANTISEMITISM

2011] REDES DEL TERROR 155
Argentina es el país que mantiene las relaciones más frías, hay otros que
juegan un papel más ambiguo. En este sentido, la situación que quizás
resulte más preocupante es la cálida bienvenida que brindó el expresidentes
brasileño Lula da Silva a Mahmoud Ahmadinejad, una maravillosa operación
de relaciones públicas para el presidente iraní. Lula llegó a elogiar las
“elecciones legítimas” que consagraron la reelección de Ahmadinejad en
2009. (recordemos la brutal represión contra los disidentes en las calles de
Teherán). Las motivaciones fueron, por una parte, económicas: Irán es un
mercado muy atractivo para los productos brasileros. Pero también políticas:
Lula explicó que pretendía “acercar a Irán a la mesa de negociaciones y
ayudar a construir puentes de diálogo” con el mundo occidental. Los
negocios se mantienen; la iniciativa de mediación resultó un fiasco.
Debemos agregar que existe una conexión brasilera en el atentado contra
la AMIA: según la investigación judicial, Samuel Salman El Reda, un
colombiano de origen libanés acusado de ser el líder local del grupo operativo,
tenía un departamento—refugio—en Foz do Iguaçu, sobre el lado
brasilero de la Triple Frontera (Argentina–Brasil–Paraguay).
La nueva presidenta, Dilma Rousseff, ha dicho que su gobierno tomará
en consideración el respeto por los derechos humanos como un lineamiento
de su política exterior. Aunque todavía es temprano para un análisis
profundo (asumió el 1˚ de enero de 2011), ya hay algunas señales de
alarma. La revista Veja, el semanario de mayor circulación en Brasil, publicó
en abril último una serie de artículos que denunciaban la existencia de
una “red terrorista” en el país. La red incluiría elementos del “Jihad Media
Battalion” de al Qaeda, otros veinte integrantes de al Qaeda, Hezbollah,
Hamas, el Grupo Combatiente Islámico de Marruecos y el grupo Gama’a
al-Islamiyya, de Egipto. Veja denunció también que un visitante frecuente
de Brasil es el sheij Mohsen Rabbani, sobre quien pesa una “circular roja”
de Interpol como sospechoso por el ataque contra la AMIA. Según la
revista, Rabbani ofició de anfitrión para al menos ocho brasileros que
viajaron a Qom (Irán) para “estudiar en un seminario religioso”.
Más allá de sus propios intereses y fronteras, las relaciones de Brasil
con Irán ofrecen una legitimación para que otros países de la región sigan
sus pasos. Los gobiernos de Uruguay y de Chile ya han manifestado su
interés en fortalecer relaciones comerciales con Teherán, sin considerar las
implicaciones políticas de tales vínculos.
CONCLUSIÓN
Es muy probable que la red iraní en América Latina siga creciendo,
apoyada en sus relaciones con el bloque ALBA pero, de modo más
estratégico, a partir de su eventual sociedad con Brasil.