JOURNALfor the STUDYof ANTISEMITISM

2011] MÉXICO, EN UNA REGIÓN BAJO CAMBIO 49
A principios de diciembre de 2010, varios países de América Latina
anunciaron su reconocimiento formal de un Estado palestino basado en las
fronteras existentes antes de la guerra de 1967. Brasil tomó la iniciativa y
fue seguido poco después por Argentina, Bolivia y Ecuador. El presidente
de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, puso la primera piedra de una
embajada palestina en Brasilia el 31 de diciembre de 2010. El 28 de enero
2011 Paraguay también anunció su reconocimiento de Palestina. A
principios de ese mes de enero, Chile y Perú manifestaron que reconocerían
un Estado palestino, aunque explicitando que las fronteras puedan ser
negociados y pactadas por ambas partes del conflicto. La posición de Chile
fue seguida por una fuerte presión de la comunidad palestina que es muy
amplia en ese país, tal como se dejar ver en las mociones presentadas en el
Senado y la Cámara de Diputados a finales de 2010 y la realización de
reuniones de alto nivel con diplomáticos palestinos, representantes de la
Liga Árabe en Chile, y miembros de las comunidades palestinas. Sin
embargo, en su declaración no hubo referencia explícita a las fronteras de
1967.
Colombia ha dicho que no va a reconocer un Estado palestino hasta
que un mutuo acuerdo de paz sea alcanzado. Honduras, El Salvador, Guatemala,
Panamá y Belice no se han pronunciado. Cabe recordar que varios
países de América Latina ya habían reconocido un Estado palestino con
anterioridad a los recientes esfuerzos, entre ellos Cuba, Venezuela (2009),
Nicaragua y Costa Rica (2008). México aún no ha tomado una posición
oficial.
Es probable que la globalización del conflicto palestino-israelí, continúe
expandiéndose y seguirá siendo así se es que permanecen ciertas condiciones,
tales como el estancamiento del proceso de paz, la irrupción de
nuevos ciclos de violencia en el Medio Oriente, el fortalecimiento de los
grupos islámicos radicales en los países que ahora experimentan agitación
política, la presencia de neo-populista de los gobiernos de la región y la
interacción particular entre las decisiones estratégicas de las organizaciones
internacionales y regionales y actores políticos nacionales y locales.
*Agradezco a Yael Siman su valiosa colaboración y a René Dayan, por el acceso a
la información de Tribuna Israelita.