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Respecto a la raíz, hasta principios de junio existe un crecimiento exponencial, no
existe una diferenciación clara entre las dos variedades en cualquiera de los tratamientos
de riego. Es a partir de esta fecha cuando los tratamientos en déficit hídrico paralizan
el incremento en peso seco mientras que los tratamientos en riego a demanda continúan
acumulando peso seco aunque con menor tasa. Mientras que Claudia-RAD posee
un máximo a principios de julio, Ramona-RAD continúa su crecimiento, incluso con mayor
tasa diaria.
La producción de peso seco foliar distingue entre el comportamiento de Ramona y
Claudia, tanto en déficit hídrico como en riego a demanda. Podemos observar como ya
desde finales de marzo la variedad Ramona posee mayores valores de producción de
peso seco foliar, siendo incluso superiores los valores de Ramona-DH que los de Claudia-
RAD. La variedad Claudia posee un desarrollo foliar en peso seco más lento, no llegando
a alcanzar a Ramona en su correspondiente tratamiento.
El gráfico 6 que representa la biomasa total de peso seco (gráfico 6) nos muestra
cómo todos los tratamientos poseen un momento donde no existe un incremento de la
producción. En el caso de los tratamientos en déficit hídrico este punto se observa a
principios-mediados de mayo, en Ramona-RAD se observa a principios de junio, mientras
que Claudia-RAD, posee su máximo a mediados-finales de junio. En el caso de los tratamientos
en DH, la gráfica muestra una meseta desde mayo, implicando que existe un
perfecto balance entre incremento de peso seco de raíz y pérdida de peso seco foliar.
El mayor desarrollo foliar de los tratamientos RAD hace que estos tratamientos muestren
un comportamiento decreciente al final, debido a su mayor pérdida.
Indicadores foliares.
El gráfico 7 muestra la evolución de la cobertura en los diferentes tratamientos a
lo largo del periodo de estudio. En este gráfico se observa cómo en los estadios iniciales
la cobertura de los 4 tratamientos evoluciona de forma similar, alcanzando el 80%
de cobertura a finales de marzo. Hasta principios de mayo los 4 tratamientos se mantienen
con valores superiores al 80%, siendo de todas formas, algo inferiores al resto el
de Cla-DH. A partir de esta fecha los tratamientos en déficit hídrico reducen considerablemente
su grado de cubrición del terreno alcanzando al final menos de 30% de cobertura.
Los tratamientos con riego a demanda mantienen el 100% de cubrición hasta
principios de julio. En este último proceso no existe distinción entre variedades.
Observando el gráfico 8 donde se muestra la evolución del LAI, podemos ver que
su comportamiento es muy similar al de la producción foliar, alcanzándose, en el caso
de Ram-RAD, valores máximos superiores a 8. De hecho existe una alta correspondencia
entre la producción foliar y el LAI, como veremos más adelante.
En el gráfico 9 se representa la SFE (superficie foliar específica, m 2 /kg de peso seco
foliar). Este parámetro es de alguna forma un indicador de la densidad de la hoja, de
su grosor, de su estructura y su contenido en agua. Como se observa esta característica
es diferente dependiendo de la variedad y del régimen hídrico aplicado. En riego,
durante la primera fase del desarrollo existe una ligera tendencia a ir incrementando,
siendo los valores de Ramona superiores a los de Claudia. Posteriormente se invierten
los papeles, ya que a partir de abril, Ramona experimente un descenso considerable.
Desde mayo, los niveles de SFE en riego se hacen más o menos estables. El comportamiento
en déficit hídrico es más similar entre variedades, con niveles inferiores a rie-