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recomendada (DR) es superior al resto de los tratamientos (SN: sin aporte de Nitrógeno,
y DR/2: mitad de la dosis recomendada). A finales de junio los 3 tratamientos se igualan
con una producción de 90 t/ha. A partir de aquí la producción de DR/2 se hace superior,
la SN intermedia, decreciendo ligeramente hasta el final y DR se estabiliza alrededor
de esta cifra aumentando su producción en el último muestreo.
Producción foliar .
La producción foliar (gráfico 30) es correspondiente, aunque no lineal, con el aporte
de abonado nitrogenado aplicado, de tal forma que el mayor desarrollo lo presenta el
tratamiento con dosis recomendada, y el menor el tratamiento donde no se ha aportado
nitrógeno.
Por otra parte, el desarrollo foliar sigue con el patrón de años anteriores, presentado
un incremento paulatino hasta mediados de mayo a partir del cual la producción foliar
comienza a decrecer hasta niveles muy bajos.
Producción de biomasa total.
La producción de biomasa (gráfico 31), al igual que la producción foliar, es dependiente
del aporte de abonado nitrogenado. Durante el desarrollo vegetativo DR posee
las mayores producciones, seguido por DR/2 y finalmente SN. A finales de junio los valores
de producción de biomasa se asemejan, poseyendo DR/2 una producción ligeramente
superior.
Producciones de peso seco.
Si se observan las producciones de peso seco (gráficos 32, 33 y 34), vemos como
la diferencia entre el tratamiento DR y DR/2 se reducen, siendo similares a principio
de junio y entre DR/2 y SN se incrementan. El tratamiento DR paraliza su producción de
peso seco de raíz a mediados de mayo, siendo aproximadamente constante hasta mitad
de julio donde experimenta una subida en la producción. El tratamiento DR/2 mantiene
un crecimiento paulatino hasta principios de julio, superando a los demás tratamientos
desde junio.
La evolución de la producción de peso seco foliar es muy similar a la evolución experimentada
si lo referimos a peso fresco, pasando del periodo de incremento al de decremento
de forma más abrupta.
Indicadores foliares.
Al ser el nitrógeno un elemento esencial para el crecimiento, al tiempo que en la remolacha
potencia el crecimiento vegetativo, todos los indicadores foliares se ven afectado
por el tratamiento.
La cobertura posee una total dependencia del nitrógeno, como observamos en el
gráfico 35. Las mayores coberturas y las de más rápida implantación la posee el tratamiento
DR, que ya a finales de marzo supera el 80%. El tratamiento DR/2 no alcanza esta
cifra hasta mediados de abril, y el tratamiento SN solo alcanza el 80% durante un corto
periodo a principios de mayo.